LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

jueves, 7 de noviembre de 2013

LaS MuJeReS DeL Té



Se reúnen alguna tardes para hablar de sus cosas, se sientan alrededor de una mesa, suele ser una de esas mesas redondas y pequeñas, aquellas que recuerdan al pasado, a cosas antiguas, pero no tiene demasiada importancia. Es un rato de reflexión, de compañía y de dejar que la oscuridad termine por ocultar lo poco que queda del día. El té es parte de aquella rutina, forma parte de la conversación y de los aromas extraños de aquellas paredes cubiertas por pinturas extrañas, algunas bonitas y agradables a la vista, pero otras difíciles de interpretar por sus trazos distraídos y poco intuitivos. 

El gusto por el té es algo difícil de explicar, el agua adquiere colores y tonos distintos, y con cada sorbo el paladar se inunda de un color y un sabor, y juntos forman una sensación que ayuda a la conversación. Las mujeres tienen pocas cosas en común, tal vez lo único es que son eso, mujeres. Está la casada que es feliz von su vida, está la que disfruta de su amante aunque esté casada, la que habla de sus hijos que son lo más importante en su vida, la que se siente bacía y no sabe como llenar esos momentos de tremenda soledad. La mujer triunfadora en el trabajo y a la que le encanta las tardes del domingo sentada en el sofá mirando una buena película. La que se enamora con facilidad y la que es demasiado exigente con los demás. Pero allí en aquel lugar hablan de la vida, saborean el té y sobre todo no se juzgan la unas a las otras. Son mujeres que afrontan cada día con toda la fuerza que les queda, que son capaces de hacer cincuenta mil cosas sin quejarse y que se dedican tan poco tiempo a ellas mismas que aquel rato, aquel instante les sabe a gloria.

Tampoco es tan importante hablar entre sorbo y sorbo de té caliente, es bastante más importante determinar las cosas, es decir, saber donde empieza una y termina la otra. Aprender que los amantes tienen que ser efímeros, si no ya no son amantes. El matrimonio es una inversión de futuro, así que mejor que esta inversión se haga teniendo en cuenta la felicidad. Que los hijos siempre son tuyos, aunque un día dejen el hogar y se marche de casa. Que la soledad se ha de vivir como un beneficio y no como una sentencia, la soledad sirve para conocerse a uno mismo. El amor es tan necesario que no debemos a renunciar a él, y debemos sentirlo como una bendición, así que  mejor no evitarlo. Que ser exigente con los demás no es nada más y nada menos que no conformarse con poco, y sobre todo darnos importancia. Que en la vida hay cosas maravillosas, como la música, un buen libro, una película, el arte, cosas que nos ayuda a ser más felices. 

Pasamos por la calle y mirando por la ventana, está tan limpia que  nadie diría que hay un cristal. Dentro las mesitas redondas, unas más grandes y otras más pequeñas, están todas adornadas con un pequeño cesto de mimbre, y en su interior una flor de color cada una distinta a la otra. Vemos los cuadros en las paredes y en la barra un hombre que está preparando su bandeja con la tetera y algunas tazas. En una mesa hay una mujer, está de espaldas así que no podemos ver su rostro, pero parece que está tranquila con su taza y tetera correspondiente colocada delante. Tiene una libreta en la que está escribiendo. Suponemos que escribe sobre su vida y sus sentimientos, es aquel instante justo en aquella mesa es donde podemos ver a las mujeres del té.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

RECUERDOS




Después del verano todo empieza a moverse, las cosas que habían quedado paradas arrancan poco a poco, sin prisas pero intentando recuperar la inercia de la vida.

¿Lo mejor de las vacaciones? Pues es difícil decirlo, seguramente hay tantas respuestas como personas hay en el mundo, pero sí que es cierto que es un periodo del año en el que hay menos cosas a tu alrededor que te distraigan, consigues mantener un contacto más íntimo con los que tienes cerca y algunas veces recuperas sensaciones que pensabas que habían desaparecido.

Este año he buscado el principio, el origen, el momento en el que tomé una decisión que marcó mi pasado y el futuro que vino después. Recuerdo el momento crucial, un día que cerré los ojos y me lancé a un mundo desconocido, busqué una aventura de la que la mayoría hubiera huido, y de pronto bajo la luna y las estrellas vuelves a sentir aquellas palabras, aquellas sensaciones que te trasladan al pasado y que te hacen ver cual era aquella realidad.

Es curioso lo saludable que es hacer este ejercicio, un ejercicio de reflexión que te ayuda a hacer las paces y a no querer cambiar cosas que jamás podrán ser de otra manera. La perfección no está en hacer las cosas bien, la perfección está en saber el porqué las has hecho, y parece que es lo más fácil de olvidar.

¿Qué motivo nos lleva un buen día a desear a alguien? ¿qué pasa por nuestra mente el día que aceptamos una cita o hacemos un regalo? ¿qué nos puede llevar a huir de nuestro destino? Son tantas y tantas cosas que nos influyen en un segundo, que es muy fácil que aquella pequeña señal, aquel pensamiento, el roce o el contacto de una piel nos haga tomar decisiones y que con el tiempo olvidemos aquel instante.

Pero no es cierto que olvidemos, es que corremos tanto que no prestamos la suficiente atención y pensamos que aquellas decisiones del pasado las tomaron otras personas por nosotros. Seguramente el secreto esté simplemente en prestar la suficiente atención para no dejar que se escape ningún detalle. Utilizar las palabras en mucho más que colocarlas de forma ordenada para darle sentido. Tocar a alguien es más que pasar los dedos por encima de una piel, sonreír tiene más sentidos si no nos limitamos a utilizar la boca y sobre todo escuchar es infinitamente más gratificante si nos ayudamos de nuestro instinto.

Empieza una nueva etapa, pronto llegará el otoño con su hermoso paisaje repleto de colores, la tierra tendrá un nuevo olor, el cielo se hará más oscuro día tras día, nos desesperaremos por apretar el acelerador para correr más y más. Pero debemos parar, respirar, llenar nuestros pulmones de oxígeno puro y sobre todo no debemos dejar de hacer las cosas que realmente importan en la vida, escuchar, hablar, sonreír, amar, sentir y sobre todo lo más importante, no olvidemos vivir.

sábado, 8 de junio de 2013

ALMAS


Camina por las calles, siempre lleva dos perros y arrastra un carro donde guarda sus recuerdos, sus posesiones más preciadas y sus miedos. Ahora no hace frío y por eso puede llevar ropas sueltas que a duras penas ocultan su cuerpo castigado, la piel quebradiza y las llagas de su tristeza. Sus ojos ya no se posan en las personas, sino que se mueven nerviosos de un lugar a otro. Mira a los árboles, a otras personas que se cruza con ella, pero no les presta atención tan solo se mueve de un lugar a otro, sin destino fijo y sin desear llegar a ninguna parta, tal vez porque no tiene donde ir o tal vez sea porque no tiene ganas de saber donde la llevará aquel camino. Hace años que empezó a andar de esa manera, sus zapatos están desgastados pero tampoco le preocupa demasiado, ya no siente el frío, ni el dolor ni siquiera sabe lo que es sentir, simplemente Se ha convertido en una especie de fantasma de ciudad, invisible para unos y demasiado evidente para otros que evitan cruzarse con un alma, les recuerde lo vulnerable que somos y lo peligroso que es la propia vida. Sigue su camino sin detener sin ocultarse pero tampoco sin mostrarse demasiado.



 
En una esquina, un cruce junto a su silla se sienta con sus altas botas, lleva una falda demasiado corta que intenta esconder el placer al alcance de aquellos que quieran pagarlo.  Se viste cada día con la ropa que encuentra tirada en el rincón de su habitación. Se peina y se pinta para resultar hermosa, pero cada día le cuesta más esconderse tras el reflejo de una realidad. Mientras espera se dedica a contar los coches rojos, negros, blancos. Ha aprendido a calcular la suma de las matrículas de los que se paran. Mientras hace lo que tiene que hacer se concentra en sumar  el 4 el 5 y el 7 y cuando ha terminado de sumar, decide que debe multiplicar y cuando ha terminado divide hasta que la cifra queda reducida a cero,  y cuando por fin ha terminado guarda el dinero en su pequeño bolso que guarda entre las zarzas. Un día caminó por un camino que no eligió, pero no puedo volver atrás no encontró ningún lugar para dar la vuelta, así que espera a poder llegar al final de aquel que la esclaviza y elegir el correcto.




 



Conduce un enorme coche que ha dejado de gustarle, lo hace tan rápido como puede y siempre piensa que si pudiera cerraría los ojos y lo dejaría caer por un precipicio. Lleva el teléfono tirado en el asiento del acompañante y ya ha recibido diez llamadas que no ha podido contestar. Se levanta cada día y piensa que no quiera salir, que no puede volver a empezar que cada vez que descuelga el teléfono hay alguien que sufre en algún lugar. Ya no puede pronunciar su propio nombre y hace días que cuando duerme viaja a un infierno donde se encuentra con alguien igual que él que le dice todas las cosas que están saliendo mal en su vida. No puede seguir por el mismo camino, pero no sabe como cambiar el rumbo, es un hombre adiestrado, que hace lo que le dicen que debe hacer. Ahora va por una carreta llena de curvas, nadie va conduciendo él hace rato que ha dejado de pensar en el acelerador, el embrague o el cambio de marchas. El teléfono vuelve a sonar y el hombre abre los ojos por fin, lo mira de reojo lo coge y contesta. 


 
Lleva una cartera demasiado pesada, su espalda se está torciendo y eso sumado a sus esqueléticas piernas y a su piel transparente la hace sentirse como un monstruo. Pero lleva una carta cerrada en su mochila, está llena de buenas notas que harán que sus padres se sientan felices, pero ella se siente sola, no sabe para que ha nacido y lo que debe hacer en aquel mundo tan cruel y que la hace sentir tan desgraciada. Camina arrastrando los pies, sus zapatos están desgastados y sus calcetines subidos hasta la rodilla ya no son blanco como el día que empezaron el colegio. Pero sabe que debe hacer el esfuerzo de parecer feliz no puede dejar que su madre vuelva a sentirse triste, así que durante todo el camino ensaya la sonrisa que lucirá el resto de la tarde. Pero por la noche llorará y se sentirá desgraciada y dejará que el mundo de los sueños la lleve hasta algún lugar lejos de allí donde pueda sentirse triste si está triste, donde puede enfadarse si se sintiera enfadada o donde pueda hacer lo que realmente le gusta hacer.

 
Cuatro historias, cuatro almas, cuatro maneras de renunciar a la vida, cuatro maneras diferentes de rendirse. Pero hay miles, cientos de miles de historias cada una de ellas con sus penas y sus alegrías. No somos únicos en el universo, nuestras acciones forman parte de un todo. Un día te cruzas con un mujer que arrastra un carro y lleva dos perros a su lado, cambias de acera porque no quieres que pase a tu lado. Vuelves de comprar y piensas qué pena de chica allí sentada junto a la carretera y que aunque parece guapa sabes que está triste, y ves como un loco en un gran coche se salta el stop y este loco ni te ha visto, simplemente conduce con la mirada perdida, y al final te cruzas con una chica demasiada delgada, hace mala cara y lleva la falda un poco corta, piensas que vaya futuro nos espera con las nuevas generaciones que dejan tanto que desear. Juzgamos la vida de los demás, sentenciamos sin conocer sus circunstancias y sin saber el sufrimiento con el que han de convivir cada día.