LA FRASE

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viernes, 18 de junio de 2010

SER UN APESTADO


Un apestado es aquel o aquella, que aunque se duche, se ponga desodorante y lleve la ropa interior siempre limpia, algunas personas del entorno tienen tendencia a hacerle el vacío, a ignorarlas e incluso a convivir con ellas como si fueran invisibles.

No es demasiado difícil convertirse en un apestado. Algunos apestados conocidos han cometido delitos o han abusado de la confianza de sus amigos, otros son mentirosos y otros se convierten en apestados porque son seres extraños. También una persona honrada se puede convertir en un apestado, no es fácil explicar el por qué, ya que casi nunca existe un motivo auténtico, suele ser el capricho de un colectivo hacía esta persona. Se puede hacer que una persona que es un poco apestada se convierta, en poco tiempo, en alguien muy apestado, tan solo se necesita ser habilidoso y hacer que los demás crean que es más ventajoso pensar que lo que es a que no.

Un apestado tiene que soportar que los demás le ignoren, que no quieran ni mirarlo, e incluso que evitan hablarle, sobre todo en ciertos lugares públicos. Un apestado deja de ser importante en un colectivo concreto y por tanto, esto le da ciertas ventajas. Se puede mover con libertad, porque nadie se va a atrever a increparle o a decirle nada. Va adquiriendo consciencia de sí mismo y además puede utilizar a los demás con gran facilidad.

Los que son apestados porque se lo merecen, me refiero a los delincuentes, se convierten en seres amargados, tristes y solitarios que seguramente no dejaran de serlo nunca. Pero los que son apestados sin merecerlo, suele ser algo transitorio y en poco tiempo pasan a ser personas normales e incluso mucho más populares que antes de ser apestados. Es por esto que no hay que desesperarse cuando, por circunstancias ajenas a nosotros, nos convertimos en apestados. Hemos de ver las ventajas que esto comporta y sobre todo rodearnos de aquellos que te tratan con normalidad.

También puede ocurrir que un apestado no consiga superar la tensión que comporta este estado, estas personas son las que pierden el control de sus vidas, se ven como víctimas en un entorno cruel y despiadado. Un apestado descontrolado es lo peor que te puedas encontrar, los que le han convertido en lo que es, suelen ser el objetivo de todo su odio y se puede llegar a convertir en un verdadero problema sin control.

Es mejor no tratar a nadie como a un apestado, ya que la vida da muchas vueltas y si alguna vez caes en manos de alguien a quien habías tratado como un apestado, puedes llegar a sufrir muchísimo y convertirte en víctima.

A lo largo de nuestra existencia, nos podemos convertir en apestados con gran facilidad, estos momentos suelen ser en la infancia, cuando, por alguna razón el cabecilla de la clase decide que no eres digno de pertenecer a su pandilla. Una vez creces, en el trabajo y si hay algún conflicto, alguien como tu jefe o el encargado te puede hacer responsable de la crisis o del incidente.

También te puedes convertir en un apestado cuando protagonizas algún tipo de infidelidad, los amigos de siempre deciden que no eres digno de compartir su amistad con alguien que engaña a su pareja.

No siempre al que tratan como un apestado lo es de verdad, solo es un apestado auténtico el que se siente como tal. Porque el único que tiene ese poder es uno mismo. Así que ya se ve lo fácil que resulta ser un apestado, lo único que hay que hacer es sentirlo, lo demás no tiene la mayor importancia, porque por mucho que te ignoren, te discriminen o te hagan el vacío no es suficiente.

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