LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

viernes, 24 de mayo de 2013

¿por qué debemos hablar de sexo?


Si hablar de amor te hace sentir ternura, si hablar de los hijos te hace sentir especial, si hablar de sentimientos te hace sentir mejor, creo que sería bueno que pudiéramos hablar de sexo sin tener la sensación que rompes las normas. Que el sexo es bueno todo el mundo lo sabe, pero es algo de lo que no se puede hablar.

Practicar sexo combate la gripe, previene el cáncer de próstata, la liberación de estrógenos favorece la belleza, mejora la circulación, disminuye la depresión, mantiene el deseo sexual, favorece la capacidad olfativa. Cuando practicas sexo, besas, acaricias, abrazas, muestra tu cuerpo desnudo y compartes juegos eróticos, aprendes a ser generoso, a compartir y aprendes a conocerte a ti mismo.

De la misma manera que el sexo es bueno y aconsejable, sería bueno también poder hablar con normalidad de ello, poder opinar sin reprimirnos, poder llegar decir con tranquilidad que te gusta el sexo, que eres feliz practicándolo y que además harás lo posible para que siga siendo así durante mucho tiempo.

_ Buenos días, ¿cómo estás esta mañana?
_ Pues mira no muy bien, he estado nerviosa y he dormido poco

Esto es normal y nadie se escandaliza, ahora imagina:

_Buenos días, ¿cómo estás esta mañana?
_ Pues genial,  he tenido una sesión de sexo fantástica con mi pareja y la verdad es que vengo a trabajar llena de energía.

No me imagino esta conversación al llegar por la mañana al trabajo, mientras tomas el primer café del día. Seguramente provocarías la risa, e incluso la envidia de algún compañero o compañera que tal vez no tenga tanta suerte en la vida y está más bien falto de este tipo de prácticas.

Pero ¿qué puede haber más sano en la vida que hablar de cosas hermosas?. Nos resulta natural frases como:
_ Pobre chica, mira que mala cara hace, la pobre lo está pasando fatal con su pareja.

En cambio es extraño:
_ Esa chica siempre sonríe y está feliz, me ha confesado que su secreto está en que lleva una vida sexual plena y satisfactoria.

Esto no lo oímos y menos dicho en sentido positivo. A parte que siempre se espera con más expectación las historias tristes que las alegres, hablar de sexo, y sobre todo si lo hacemos las mujeres, hace que nos cuelguen etiquetas despectivas hasta el fin de los días.

El sexo representa lo prohibido, lo que hay que esconder, lo que no se puede mostrar, lo vergonzoso, lo censurable. Si publicas en el Facebook, me gusta el chocolate, seguro que más de uno aprovecha para hacer bromas con connotaciones sexuales. Pero si dices abiertamente, me gusta el sexo, seguramente no habrá nadie que se atreva a comentarlo, ni siguiera un “me gusta” adornará tu muro. Y no te explico lo que algunos pensaran de ti.

No es cierto que debamos escondernos, ya hace tiempo que los homosexuales tienen libertad para mostrarse sin pudor. Los hombres pueden colgar chistes verdes y casi siempre se les presupone cierta libertad para hablar de sexo sin que los tachen de alguna cosa que prefiero no nombrar. Pero las mujeres seguimos sometidas a una censura que muchas veces viene impuesta por nosotras mismas, por nuestro propio genero.

 Escribir de sexo, describir una escena también es hermoso y no tiene porque hacer sentir asco al que lo lee. No es necesario hacer un curso de anatomía para poder describir una increíble escena de sexo que nos pueda transportar a través de nuestra imaginación a algún momento de intimidad:

Le recibió con una boca húmeda por el placer, le besó mordiendo sus carnosos labios. Su lengua dibujó círculos mojando la boca para poder recibir una fantástica erección que la hizo estremecer de placer. En su boca sentía el sabor del sexo dulce, caliente y que latía con fuerza y con rabia mientras ella dejaba que inundara su boca. Sabía que el placer sería mayor cuando la penetrara y ese deseo hacía que los dos gimieran, sus cuerpos se abrían y se dejaban llevar para recibir el primero de los múltiples orgasmos de la noche…”

Siempre se puede escribir mejor, siempre se puede interpretar con más corrección, pero no es posible que nadie se pueda sentir incómodo, o pueda creer que es de mal gusto algo tan hermoso.