LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

jueves, 31 de enero de 2013

ESTUPIDEZ

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Paseando por un mundo estúpido se descubren demasiadas cosas que ocurren sin ningún motivo en especial. Paseas por calles y ves gentes que no saben por qué están allí o cómo han conseguido permanecer durante tanto tiempo en el mismo sitio y casi sin proponérselo. Estamos en un maravilloso mundo estúpido lleno de personas que hacen cosas estúpidas, pero en mis largos paseos y aún sabiendo que todos formamos parte de esta estupidez, siempre hay cosas que te sorprenden gratamente. Puede ser un niño, un anciano, un perro una flor o un árbol que está creciendo tan torcido porque al no tener piernas no puede escapar del lugar donde lo han plantado, y estas gratas sorpresas hace que te sientas que formas parte de algo un poquito mejor que de una absoluta estupidez.

La verdad sea dicha hace demasiado tiempo que camino, que paseo sin un rumbo fijo y sin ninguna intención en concreto, camino por calles con aceras torcidas o con socavones en el asfalto. Camino por zonas ajardinadas que han perdido el césped, camino por senderos los cuales hace tiempo que nadie limpia. Y te das cuenta lo fácil que resulta tropezar, o caerse, y que si no estás muy atenta te perderás por terrenos llenos de malezas tan altas que tapan el horizonte y no te dejan ver más allá.

Pero la estupidez es fácilmente superada por personas que brillan con luz propia, son algunos seres tremendamente especiales que nos hacen sentir a los demás más estúpidos aun de lo que somos, más vulgares y menos necesarios. Personas que arrancan la sonrisa de un niño tan solo con explicar una bonita historia, personas que ayudan a mejorar la vida de niños y ancianos los cuales han sido enviados a una dimensión distinta a la nuestra, que no pueden hablar y que no saben como comunicarnos sus sentimientos. Personas que luchan cada día por hacer que no seamos tan estúpidos, y se dejan la salud intentándolo, personas que dedican su vida a los demás, que enseñan a leer, que reparten alimentos, que hacen las cosas sin esperar nada a cambio. Y cuando miro en mis paseos a mi alrededor tal vez entonces me doy cuenta que hay más gente increíble de lo que un principio nos puede parecer, pero que vamos tan ciegos que cada vez nos cuesta más distinguirlos. 

Ayer oí una frase que me pareció hermosa, un pequeño gesto puede convertirse en una gran ayuda para alguien, y entonces me cuestiono tanta maldad escondida en esa otra gente que a parte de ser estúpidos, son personas oscuras, son aquellas que han perdido la luz, que no solo no hacen gestos por los demás si no que se creen con el poder y la fuerza moral de pisotear y de destruir a todo aquel que ponga en su camino. El tramposo, el especulador, el acosador, el ladrón, el aprovechado, el destructor de almas que roba todo aquello que se pone a su alcance o se apodera de las cosas a costa de su influencia, estos son los que realmente sobran en nuestro mundo imperfecto. Y tal vez si desaparecieran si nosotros los estúpidos no alimentáramos su ego y sus bolsillo, tal vez pasaría como los dinosaurios en épocas pasadas, tal vez acabarían por extinguirse y llegaría un momento que nadie los recordaría.
Debería ser una labor de todos, los estúpidos tenemos que dejar de serlo y empezar a decir que no o a preguntar el por qué. Lo seres que iluminan nuestras puertas que sigan llenando nuestro mundo de luz y esperanza, que no se cansen que seguramente un día nos resultará más grato construir y armonizar que destruir y arrasar. Y a los seres oscuros, los que estarían mejor si sólo existieran como personajes de una novela de terror, a estos yo les diría que hace tiempo que dejaron de ser importantes y que el mundo puede sobrevivir sin ellos.

Mi propia estupidez me está llevando a cuestionarme razones absolutas, a no dejar que el grupo me lleve por caminos equivocados o distintos a los que yo quiero tomar, y darme cuenta que cada día que pasa sin decir que no, cada día corro el riesgo de convertirme en alguien un poco más estúdido.

miércoles, 9 de enero de 2013

EL AÑO DE LA MUERTE


La vida siempre te enseña cosas increíbles, las personas que te rodean son grandes maestros de la convivencia y el pasado es el diario donde anotamos las experiencias que vivimos.
Como uno de esos programas de televisión que hacen balance de las noticias más destacadas en una emisión del 31 de diciembre, yo cada año hago balance de mi propia vida y de las personas que han compartido mis mejores momentos.
Creo que este años 2012 ha sido un año increíble, han pasado cosas importantes en mi vida y he contribuido a que ocurran cosas importantes en la vida de los demás. Decir que se han solucionado todos los problemas, que se han resuelto los conflictos o que se han arreglado cosas que no funcionaban sería decir demasiado, pero sí que es cierto que este año 2012 ha sido un año de reencuentros.
Por mucho que me empeñe no consigo destacar las cosas negativas, que sin duda las ha habido, por alguna razón se me ocurren cosas buenas que han sucedido a mi alrededor, a mi misma o personas a las que quiero. Y eso me llena de satisfacción.
Creo que este año ha sido bueno porque he recuperado personas a las que había alejado de mi lado. Tal vez por miedo, o por puro paternalismo,  pensé que estarían mejor lejos de mi y ahora me doy cuenta que no era cierto.
Justo cuando hago estas reflexiones, sin tiempo a reaccionar, llegan las temidas Navidades, una época tremendamente triste para mi, y que no me trae recuerdos entrañables e inolvidables si no todo lo contrario. Hace unos días una persona dijo “Las Navidades hace que los pobres sean más pobres y los que están solos se sientan mucho más solos”, es para mi una buena definición de lo que siento en estos días. Pero, como todo pasa, también pasan la fiestas y pasan la celebraciones y las luces y los árboles de Navidad y los atracones y el gastar y… y vuelve el 1 de enero de un nuevo año que empieza con toda la fuerza que puede y con toda la ilusión que nosotros le ponemos.
Entonces miro el calendario y veo que quedan por delante días y días de horas, de minutos, de segundos, y estoy segura que cada vez que tache un día ocurrirá alguna cosa increíble en algún lugar. El 2013 puede ser un año duro, un año que tal vez se convierta en la culminación de muchas renuncias personales que tendremos que hacer, pero también creo que puede ser un año de reivindicación.
Así que voy a tirar de mis dotes de bruja y os voy a hablar del número 13, este número está representado por la muerte en las cartas del Tarot. Aunque es cierto que la muerte nos causa temor, tenemos que pensar que esta carta habla de cambios  importantes en la vida, habla de transmutación, de modificación, estos cambios en algunos casos y para algunas personas serán positivos, y para otros negativos. Debemos pensar que es un número que nos tiene que ayudar a la reflexión y por tanto nos puede ayudar a afrontar cambios en nuestra vida.
El trece nos puede hablar de éxito un número que puede sernos grato si va acompañado de una trasformación personal y espiritual.
Así pues, para todos aquellos que sientan que ha llegado el momento de actuar, de dejar de tener miedo, de innovar, de revelarse, de  romper con lastres, no creo que haya un año mejor para hacerlo. Pensemos que debemos estar 365 días viendo el número 13 en el calendario, yo propondría que cada uno de nosotros nos marcáramos 12 cambios importantes y que cada mes nos marquemos uno como objetivo.
El trece es igual a muerte, igual a cambios, igual a renovación, igual a  renacer, igual a triunfar y a conseguir objetivos.
Así que de la misma manera que he bautizado el 2012 como año de reencuentros, quiero que el 2013 sea un año de cambios y de transformación personal