LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

sábado, 8 de junio de 2013

ALMAS


Camina por las calles, siempre lleva dos perros y arrastra un carro donde guarda sus recuerdos, sus posesiones más preciadas y sus miedos. Ahora no hace frío y por eso puede llevar ropas sueltas que a duras penas ocultan su cuerpo castigado, la piel quebradiza y las llagas de su tristeza. Sus ojos ya no se posan en las personas, sino que se mueven nerviosos de un lugar a otro. Mira a los árboles, a otras personas que se cruza con ella, pero no les presta atención tan solo se mueve de un lugar a otro, sin destino fijo y sin desear llegar a ninguna parta, tal vez porque no tiene donde ir o tal vez sea porque no tiene ganas de saber donde la llevará aquel camino. Hace años que empezó a andar de esa manera, sus zapatos están desgastados pero tampoco le preocupa demasiado, ya no siente el frío, ni el dolor ni siquiera sabe lo que es sentir, simplemente Se ha convertido en una especie de fantasma de ciudad, invisible para unos y demasiado evidente para otros que evitan cruzarse con un alma, les recuerde lo vulnerable que somos y lo peligroso que es la propia vida. Sigue su camino sin detener sin ocultarse pero tampoco sin mostrarse demasiado.



 
En una esquina, un cruce junto a su silla se sienta con sus altas botas, lleva una falda demasiado corta que intenta esconder el placer al alcance de aquellos que quieran pagarlo.  Se viste cada día con la ropa que encuentra tirada en el rincón de su habitación. Se peina y se pinta para resultar hermosa, pero cada día le cuesta más esconderse tras el reflejo de una realidad. Mientras espera se dedica a contar los coches rojos, negros, blancos. Ha aprendido a calcular la suma de las matrículas de los que se paran. Mientras hace lo que tiene que hacer se concentra en sumar  el 4 el 5 y el 7 y cuando ha terminado de sumar, decide que debe multiplicar y cuando ha terminado divide hasta que la cifra queda reducida a cero,  y cuando por fin ha terminado guarda el dinero en su pequeño bolso que guarda entre las zarzas. Un día caminó por un camino que no eligió, pero no puedo volver atrás no encontró ningún lugar para dar la vuelta, así que espera a poder llegar al final de aquel que la esclaviza y elegir el correcto.




 



Conduce un enorme coche que ha dejado de gustarle, lo hace tan rápido como puede y siempre piensa que si pudiera cerraría los ojos y lo dejaría caer por un precipicio. Lleva el teléfono tirado en el asiento del acompañante y ya ha recibido diez llamadas que no ha podido contestar. Se levanta cada día y piensa que no quiera salir, que no puede volver a empezar que cada vez que descuelga el teléfono hay alguien que sufre en algún lugar. Ya no puede pronunciar su propio nombre y hace días que cuando duerme viaja a un infierno donde se encuentra con alguien igual que él que le dice todas las cosas que están saliendo mal en su vida. No puede seguir por el mismo camino, pero no sabe como cambiar el rumbo, es un hombre adiestrado, que hace lo que le dicen que debe hacer. Ahora va por una carreta llena de curvas, nadie va conduciendo él hace rato que ha dejado de pensar en el acelerador, el embrague o el cambio de marchas. El teléfono vuelve a sonar y el hombre abre los ojos por fin, lo mira de reojo lo coge y contesta. 


 
Lleva una cartera demasiado pesada, su espalda se está torciendo y eso sumado a sus esqueléticas piernas y a su piel transparente la hace sentirse como un monstruo. Pero lleva una carta cerrada en su mochila, está llena de buenas notas que harán que sus padres se sientan felices, pero ella se siente sola, no sabe para que ha nacido y lo que debe hacer en aquel mundo tan cruel y que la hace sentir tan desgraciada. Camina arrastrando los pies, sus zapatos están desgastados y sus calcetines subidos hasta la rodilla ya no son blanco como el día que empezaron el colegio. Pero sabe que debe hacer el esfuerzo de parecer feliz no puede dejar que su madre vuelva a sentirse triste, así que durante todo el camino ensaya la sonrisa que lucirá el resto de la tarde. Pero por la noche llorará y se sentirá desgraciada y dejará que el mundo de los sueños la lleve hasta algún lugar lejos de allí donde pueda sentirse triste si está triste, donde puede enfadarse si se sintiera enfadada o donde pueda hacer lo que realmente le gusta hacer.

 
Cuatro historias, cuatro almas, cuatro maneras de renunciar a la vida, cuatro maneras diferentes de rendirse. Pero hay miles, cientos de miles de historias cada una de ellas con sus penas y sus alegrías. No somos únicos en el universo, nuestras acciones forman parte de un todo. Un día te cruzas con un mujer que arrastra un carro y lleva dos perros a su lado, cambias de acera porque no quieres que pase a tu lado. Vuelves de comprar y piensas qué pena de chica allí sentada junto a la carretera y que aunque parece guapa sabes que está triste, y ves como un loco en un gran coche se salta el stop y este loco ni te ha visto, simplemente conduce con la mirada perdida, y al final te cruzas con una chica demasiada delgada, hace mala cara y lleva la falda un poco corta, piensas que vaya futuro nos espera con las nuevas generaciones que dejan tanto que desear. Juzgamos la vida de los demás, sentenciamos sin conocer sus circunstancias y sin saber el sufrimiento con el que han de convivir cada día.