LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

sábado, 25 de septiembre de 2010

UNA HISTORIA REAL




Yo siempre digo que no existen las verdaderas historias de amor. Sólo aquellas que sirvieron como argumento en las películas como “Love history” o alguna de más actual como la saga de “Crepúsculo”, amores imposibles, amores platónicos que son la pura esencia de los sentimientos.

Pero la vida está llena de historias, de relaciones anónimas que conviven entre la envidia, la maldad y las mentiras. Una de estas historias ha llegado a mis manos, digo mis manos porque casi la he podido tocar y sentir, sólo con pensar en como pudo ser creo que resulta fácil imaginarla, aún a riesgo de faltar a mis más profundas convicciones, aquellas que me dice que el amor verdadero es aquel que simplemente convive contigo, que cuida de tí, que te abraza en las noches frías y te cuida cuando estás enferma, que te hace sentir normal aunque todos digan lo contrario y que te hace sonreír en los peores momentos. Es el verdadero amor tranquilo, seguro y apasionado. Pero en todo caso, no es el amor que te lleve a los límites de la muerte o que te duela al sentirlo.

“Un día, dos personas se encentran se miran y se conocen y casi desde el primer instante algo hace que se sientan atraídos por algo difícil de explicar, no es una atracción física ni intelectual ni siquiera sexual, es una atracción que hace que se toquen la punta de los dedos cuando están cerca. Él está encerrado en sí mismo, no controla sus sentimientos y no es consciente de su enorme potencial ni como hombre ni como amante. Tiene demasiado para dar, pero no sabe como hacerlo y cuando sonríe su expresión es demasiado triste. Ella necesita amar, necesita escapar de su prisión y necesita aceptar su naturalaza sexual y descontrolada.

Los dos se encuentran, hablan, se enamoran y se entienden. Caminan sus vidas por separado, solo se ven en momentos que ocultan al resto del mundo, ninguno pide al otro más de lo que quiere dar, ni siquiera hay reproches ni dudas ni rencores. Una vida pública a la vista de todos, otra vida oculta entre las sábanas de la pasión en estado puro. Los días pasan felices cuando están juntos, comparten sus problemas, sus penas y alegrías. Aprenden el uno del otro y superan sus miedos y su soledad, sus labios se reconocen y sus manos han recorrido hasta el último rincón de sus cuerpos. Pero un día, él ha comprendido como quiere vivir su vida, ha entendido todo lo que debía cambiar para ser feliz, ha conocido la verdadera pasión y quiere vivir el resto de su vida junto a ella. Pero para ella no es tan sencillo, es más cobarde, no puede decidir sobre su vida porque no camina en solitario, cuando mira en su corazón el espacio más grande no es para él, aunque lo intenta con toda su alma, no le resulta sencillo salir por la puerta trasera de su vida y es entonces cuando el amor, el verdadero amor, ya no parece tan importante, cuando se convence durante horas de insomnio que podrá sobrevivir sin él, sin su boca sin sus manos y sin su sonrisa, que ahora es una preciosa y sincera sonrisa.

Pero, y aquí es donde está, aquí es donde te das cuenta que era el verdadero amor, el auténtico, aquel amor imposible pero que a su vez jamás desaparecerá, pase lo que pase, siempre sobrevivirá a todo y a todos. Dejan de verse, aunque cuando se encuentran, sus miradas se mezclan entre la multitud y sus ojos recuerdan todos aquellos hermosos momentos, el placer, la pasión y el amor. Pero cuando desvían la mirada todo aquello permanece oculto en el pasado. Ha de pasar mucho tiempo antes que puedan hablar con normalidad y conseguir controlar la tremenda atracción que sienten. Ha de pasar mucho tiempo antes de poder hablar del pasado, de poder recordar y de poder asumir, que tal vez, nunca más volverán a estar juntos.

Ambos han cambiado sus vidas, ambos son más felices que hace años, ambos han conseguido arreglar lo que no funcionaba. Pero aún así se aman, se desean y se añoran, y saben que se desean y que quieren volver a estar juntos, pero aunque las cosas parezcan sencillas, no lo son, cuando vuelvan a encontrarse se volverán a amar, pero nunca podrá ser el amor eterno que han deseado siempre. Sólo será un amor de película.”

El misterio de esta historia, no son sus protagonistas, ni el paisaje, ni el decorado ni siquiera lo que sucedió después, el misterio de esta historia es su simplicidad, de como en una relación auténtica, no hay lugar para sentimientos destructivos como los celos, la envidia, el rencor o el odio. El misterio es que dos personas se amen tanto y se respeten tanto, que lleguen a la perfección en su relación, aunque esta relación sea imposible.


Esta historia está basada en un hecho real.Confesión de una historia que es hermosa por ser anónima.

sábado, 11 de septiembre de 2010

EL FINAL DE LA CANCIÓN


La música forma parte de mi vida. A cada momento, a cada experiencia a cada instante le pongo una melodía. Yo comparo las relaciones, con los cantantes o autores, de la misma manera que cuando compras un disco no todas las canciones te gustan o cumplen con tus expectativas, ocurre con las personas, aunque aprecies a un amigo o a un compañero no siempre estás de acuerdo con las decisiones que toma pero sabes que la siguiente canción te compensará con creces.
Mi último disco está a punto de terminar, la última canción sonará en pocos días y aunque será una melodía triste creo que estoy preparada para escucharla.
Estos días una persona a la que aprecio en muchos aspectos, ha anunciado que se marcha. Hace siente años que estamos juntos y han sido siete años en los que he podido escuchar una música fantástica, melodías que me han llenado y que me han hecho reír, pero también llorar, años realmente especiales.
En estos últimos meses he intentado poner en orden mis recuerdos y sentimientos, y sinceramente me está resultando difícil. No consigo recordar cosas negativas, aunque estoy segura que las ha habido, pero ante cualquier problema o dificultad, inmediatamente después pasaba algo que compensaba lo anterior. Sobre todo me siento agradecida, agradecida de haberle conocido y por haber colaborado y trabajado a su lado. Agradecida por el respeto que me ha demostrado, y por haberme valorado como persona. Agradecida por haber tenido la oportunidad de conversar y de dar mi opinión con absoluta libertad. Estoy agradecida de cada minuto que he dedicado a un proyecto en el que ambos creíamos.
Serán inevitables los comentarios, las críticas e incluso la indiferencia de muchos, pero ha sido una de las épocas más interesantes e intensas de mi vida, y por tanto sólo me importa todo aquello que me ha aportado. En una historia con final, todos seguiremos nuestro camino y serán caminos distintos i solitarios, pero yo siempre sabré que puedo volver a escuchar la melodía que puso banda sonora a mi vida durante siete años.
Jordi, entraste en mi vida justo cuando alguien se había encargado de destrozarla, me sentía inferior y ni yo creía en mi misma. Tu lo hiciste fácil y en poco tiempo conseguiste que recuperara la seguridad en mí misma. Nunca volveré a sentirme insegura y utilizaré mi experiencia y conocimientos para mejorar como persona y como profesional. Tal vez no está de moda ser agradecida, o reconocer el trabajo realizado por otros aunque interpreten canciones que no son de nuestro gusto, pero no es mi manera de vivir la vida.
Has sido un buen jefe por tu profesionalidad.
Has sido un buen político por tu vocación.
Has sido un buen amigo por tu respeto.
Has sido una buena persona por tu sensibilidad.
Te deseo de todo corazón que seas feliz, que recuerdes todo aquello que has compartido con las personas que te queremos, pero también, que recuerdes a aquellos que no quisieron escuchar tu canción porque esas personas no han de ser importantes en tu futuro, aunque lo hayan sido en tu pasado.
Como esta partitura la escribo yo, y es así como quiero terminarla, quiero decirte que mi voz ha encontrado la canción que más le gusta interpretar, y esa canción es la tuya.

martes, 7 de septiembre de 2010

MUJER


Me miro al espejo y todo parece indicar que soy una mujer. Tengo facciones femeninas, pelo largo, bastantes curvas y mis genitales son femeninos. Para rematarlo, he tenido dos hijos y hago pis sentada, bajo la tapa del lavabo y no tengo pelo en la cara. Creo que con todos estos detalles puedo asegurar que soy una mujer. Pero entonces, observo a muchas de las mujeres que me rodean y no me siento identificada con la mayoría. Muchas de las mujeres que conozco les gusta hablar de las exquisitas comidas que hacen, les gusta explicar con detalle la salsa que hicieron el fin de semana para acompañar a las patas, o lo limpísimas que son y lo imprescindible que resultan en su hogar. Otras mujeres se muestran indiferentes al sexo, dicen que lo evitan y además son capaces de decir que no disfrutan practicándolo. Algunas mujeres se tratan entre ellas con amabilidad y cordialidad cuando están juntas y a los cinco minutos, se critican y se ridiculizan unas a otras. Conozco a mujeres incapaces de decir la verdad de lo que realmente piensan, y siempre utilizan mentiras para ocultar sus verdaderos sentimientos. Hay mujeres que sienten envidia si ven a otras mujeres más hermosas, atractivas y con las piernas más bonitas. En lugar de alegrarse por las demás, intentan por todos los medios competir por ser mejores, más ricas, con más zapatos o con la falda más corta. Hay mujeres que confunden la maldad con el poder, y que se aprovechan de la discriminación positiva para llegar a puestos que jamás tendrían que haber llegado si se hubieran valorado sus capacidades Hay mujeres que no saben disfrutar de ellas y que sistemáticamente maltratan su cuerpo con dietas, operaciones y todo tipo de agresiones, todo ello por no aceptarse tal y como son. Hay mujeres que les importa más aparentar que ser y son tan superficiales que no gustan a los demás.
Por eso, muchas veces pienso que aunque mi cuerpo es de mujer, me siento como una mujer y me encanta ser mujer, mi cerebro funciona de forma distinta al de la mayoría. Supongo que es porque no me siento inferior a nadie, y por tanto, no necesito aparentar lo que no soy, o demostrar nada que no debo o fingir mis sentimientos. La mujer no es superior al hombre, ni más fuerte, ni más capaz ni mejor, la mujer es mujer y es diferente y única. Una mujer no necesita ser posesiva para conservar el amor a su lado, o celosa para imponerse a la relación, ni pasiva para que otro decida por ellas, ni autoritaria para infundir terror. Una mujer es aquella que se respeta a ella misma y consigue el respeto de los demás. La verdadera mujer por los siglos de los siglos, es una persona humilde, valiente, trabajadora, feliz, divertida y capaz. La mujer es aquella persona que es capaz de ser apreciada por su condición humana y no por sus tetas.

viernes, 3 de septiembre de 2010

UN CAMINO


Desde el momento que nacemos aprendemos de los demás. Aprendemos de nuestros padres, hermanos, abuelos, familia y amigos. Aprendemos de nuestros profesores y de nuestros compañeros de clase, de nuestros amigos y de nuestros enemigos, aprendemos de todos hasta que dejamos de prestar atención.
No nos damos cuenta de cuando ocurre, simplemente pasa. Un día dejamos de mirar a nuestro alrededor, dejamos de observar a nuestros mayores y a nuestros pequeños, dejamos que el día a día nos aísle de lo que nos rodea y dejamos de mirar a los ojos a los demás. Entonces es cuando dejamos de aprender y nos limitamos a imitar, a copiar o a desaprender. Olvidamos las cosas que realmente importan en la vida y nos convencemos a nosotros mismos, que sabemos más que nadie, y aquí es cuando nos volvemos fríos, desconfiados y decidimos mirar al mundo desde una visión equivocada.
El secreto para que esto no ocurra es simple, y lo tenemos a nuestro alcance. No debemos dejar de aprender nunca, podemos aprender de nuestros hijos porque en su inocencia y en su niñez está la felicidad completa. Podemos aprender de nuestros mayores, porque en su experiencia está la sabiduría para mejorar el futuro, podemos aprender de nuestros iguales porque nadie es perfecto y siempre hay personas con cualidades mejores que las nuestras.
También debemos enseñar, enseñar aquellas cosas que sabemos que servirán para ayudar, enseñar a descubrir que todos tenemos un “Peter Pan” o una “hierbas” en nuestro interior, enseñar que una sonrisa puede ser mejor que un mal gesto. Y a la vez que enseñamos y compartimos, reflexionamos y evitamos hacer lo que criticamos de los demás. No es necesario ser perfectos, pero sí es conveniente evitar las imperfecciones.