Este
verano he conocido a un hombre, lo he observado durante días, he compartido sus
frustraciones, sus complejos sus mentiras e incluso he aplaudido sus victorias.
Gracias a él creo que he descubierto que todos los hombres tienen un Don Draper
en su interior.
De
la misma manera que un día descubrí que en cada hombre hay un poco de
“Torrente” ahora me doy cuenta que seguramente existe un número mayor de
hombres que llevan escondido en su interior un Do Draper. Es un hombre fantástico, un hombre de otros
tiempos que siempre lleva una aura de a su alrededor que atrae a todo aquel que
se le acerca.
Hombre
de gran éxito profesional, consigue siempre sus metas y decide el camino que
debe emprender. Nadie puede manipularle y cuando lo intentan y en ocasiones lo
consiguen, es siempre porque él ha decidido que sea de esa manera. Hombre
tremendamente atractivo, de expresión seria y dura, que provoca un efecto
embaucador en las mujeres, incluso aunque no exista una intencionalidad.
Don
Draper consigue que todos lo admiren, los hombres se sienten atrapados en su
red de convicción y las mujeres se olvidan de sí mismas en su presencia.
Don
ha tenido la suerte de existir en un
momento de la historia en el que las cosas no son como ahora. Vivió cuando los
hombres eran el centro del mundo en el trabajo, en el hogar entre las
relaciones sociales. Un mundo en el que la mujer estaba condenada a sufrir el
acoso y el desprecio constante del sexo opuesto. Pero aún así Don respetaba el
ingenio de los que le rodeaban fueran del sexo que fueran, un hombre que se
adelantó a su época y que sabía que las mujeres no eran inferiores, simplemente
eran diferentes. Don supo reconocer el talento cuando lo vio,
independientemente del sexo de lo persona que lo poseía. Tenía claro y sabía
distinguir lo que estaba bien y lo que no. Pero aún así Don no es perfecto, la
misma inercia del mundo en el que vivía, el efecto que provocaba en las mujeres
le hacía ser un hombre deseado y no podía negarse a serlo. No sabía cuando
debía parar y a pesar que lo intentaba, siempre terminaba dejándose llevar. Don
era una persona salvaje en las relaciones personales, era primitivo en sus
instintos y no podía negarse a pesar de saber que iba en contra de su propia
honestidad.
Pero
¿qué hombre no le gustaría poseer el encanto natural e innato que él posee?,
¿qué hombre no estaría dispuesto a renunciar a algunas cosas a cambio de poseer
el éxito y ser admirado por otros hombres y deseado por las mujeres?.
Solemos buscar el carisma en hombres públicos, en actores, en políticos…
pero tal vez todos los hombres pueden buscar en su interior y encontrar un poco
del Don Draper. Este tipo de hombres caminan fuerte por la vida, a cada paso
que dan su huella queda marcada en la tierra y ni una brizna de duda se instala
en su semblante. Un hombre que controla sus sentimientos y que no deja que
nadie se interponga en sus deseos ni en sus necesidades, un hombre que triunfa
y se hace el rey del pequeño trono de su pequeño reino.
A
pesar de su encanto personal también se podría sacar conclusiones de sus
cualidades como persona, me ha sorprendido ver como siempre intenta hacer lo
que cree que está bien, no se deja influenciar por cuestiones relacionadas con
la política y a pesar que es un gran manipulador, no utiliza sus estrategias
para conseguir lo que quiera, simplemente lo coge cuando puede hacerlo y lo
lucha cuando es necesario. Como digo yo, éxito profesional pero sin pasar por
encima de los demás .
Pero
el equilibrio ha de existir y por tanto Don también tiene defectos. A una persona de su genialidad no se la puede
cambiar sin cambiar también aquellas cosas que le hacen especiales y
diferentes, así que hemos de aceptar todo el paquete.
No
me importaría tener a un Don en mi vida si fuera mi jefe, o mi amigo, o mi compañero, pero no podría compartir mi
corazón con una persona como él, porque el Don que yo conozco el que podría
servir de ejemplo de muchos hombres, tiene una parte oculta una parte que no
sabe controlar y que le impide tener estabilidad en el amor durante demasiado
tiempo. Es un alma libre que necesita empezar siempre cosas nuevas, proyectos,
amores. Creo que por eso es bueno en el trabajo que hace es un creativo de la
publicidad, se le presenta un producto, lo conoce, lo manipula, mantiene una
relación profunda y finalmente encuentra su secreto, descubre que es lo que
puede sacar de él y hacer que el resto del mundo lo quiera, lo desee y lo
compre. Entonces es cuando ha terminado su trabajo y empieza con otro producto
nuevo. Con las mujeres le pasa igual, conoce a una mujer, la manipula, mantiene
un relación profunda con ella la ama y la desea, descubre todo lo que encierra
y extrae su esencia. Una vez ha terminado pasa página y necesita volver a
empezar, solo le atrae el principio de las cosas.
Yo
animaría a que los hombres buscaran donde guardan a su Don Draper interior,
descubrirían que se puede ser encantador tan solo con una mirada, se puede
triunfar en la vida trabajando sus propias cualidades y no destruyendo a los
demás, descubrirían que la seducción es parte de las relaciones personales y
seguramente podrían parecerse un poquito a un hombre de ficción, de una
historia que no ha pasado, pero que
podría, por qué no, haber ocurrido en algún lugar del mundo.