LA FRASE

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domingo, 3 de abril de 2011

LOS HOMBRES “TORRENTE”


No soy una gran seguidora de este personaje, aunque he de reconocer que algunas escenas que he visto de “Torrente”, me han hecho reír. Y no porque comparta exactamente el tipo de humor que utiliza, sino, porque es un personaje basado en una realidad oculta en el interior de la mayoría de hombres.

Torrente pertenece a este tipo de hombres de aspecto “asqueroso” casposo, que parece que no se haya bañado en mucho tiempo, y de los que sabes a ciencia cierta que no se lavan las manos después de ir al baño.

El pelo grasiento, el cuerpo fláccido, los dientes sucios y un estilo de vestir totalmente desfasado. Lo mejor de este personaje es que no es consciente de lo que su aspecto inspira a los demás. No le parece importarle el rechazo que provoca, y menos aún le importa aparentar alguna cosa distinta de lo que es.

Yo siempre he pensado que el éxito de “Torrente” está en que, para muchos, representa el punto “Torrente” que llevan en su interior. Lo ordinario, lo cutre, y sobre todo utilizar un vocabulario que en la sociedad actual y en según que círculos está mal visto.


ESCENA DE TORRENTE 3 (en un avió) Torrente y azafata:

T. Chata, chatina, tráete unos huevos fritos o algo que me he quedao silbando. Unas morcillitas, chorizo lomo embuchado, ¡no se, algo consistente!

A. Lo siento señor, pero no tenemos previsto ningún servicio de comida más.

T. ¿De las cajitas estas que habéis puesto le llamas tu comida?


ESCENA DE TORRENTE 2 (diálogo entre Torrente y una Prostituta)

P. Venga majete ¡quítate las telarañas!

T. ¿Qué pasa, que no te gusta el requesón?

P. Vaya estoy de suerte, además de gordo, guarro! Al menos la tendrás pequeña

T. Que graciosilla. Mírala, ¿gana mucho tu aquí en este antro?

P. ¿A ti que te importa Oso?

T. Más que nada para saber cuanto me vas a dar, para que no le cuente a tu marido, que está abajo, esperando a saber lo puta que eres.

P. ¡Serás! ¡A ver si con esto tienes bastante!

T. Bueno. Follar no, que me canso, pero una limpieza de sable si que me harás de propina, ¡venga o me chivo! No seas tonta, que sabe a yogur, ¡venga de cuclillas!...


He buscado dos ejemplos que creo que reflejan exactamente lo que quiero decir. Mi teoría es que la mayoría de hombres tienen un punto en su interior que les hace desear ser, por unos instantes, como Torrente, comportarse como lo hace él, y hacer las mismas cosas que en la película. Existe un grupo muy reducido que admiten su parte Torrente, e incluso se aprenden frases o expresiones que después reproducen. Pero claro, eso sólo lo hacen aquellos que, siendo inteligentes, no se avergüenzan de reconocer sus imperfecciones, que todos las tenemos.

Pero también estan aquellos que se ríen en la intimidad, que disfrutan con los diálogos casposos de Torrente, que han ido al cine a ver la película o han decidido verla “alquilada legalmente en un videoclub” o en algún canal satélite de pago, y que después niegan que hayan disfrutado con las provocaciones continuas y machistas de un personaje que no cumpliría con ninguna de las normas del decoro establecidas por la sociedad.

Yo creo que tanto los que lo confiesan como los que no, todos ellos son un poco “Torrente”. Le gustaría ser por unos instantes un hombre que por encima de todo, vive a su manera sin ningún tipo de principios, sin tener que disimular si mira la foto de una mujer y poder decir sin ningún tipo de pudor: ”tiene las tetas gordas”_ o mancharse de aceite la camisa por comer algún tipo de bocadillo grasiento, y seguir caminando por la calle sin ningún tipo de pudor. O simplemente pensar que “mear” fuera del lavabo tampoco es tan grave. Si la mayoría de hombres confesaran que en el fondo alguna vez han dicho o hecho alguna “Torrentada”, tampoco pasaría nada, porque yo estoy segura que así es, aunque se avergüencen reconocerlo.

Torrente no ocupa los primeros, y porqué no decirlo, está justo al final de mi lista de “películas que estoy dispuesta a ver en cine aunque sea en 3D”. Pero también es justo decir que se trata de un fenómeno que hace sacar y florecer los instintos más básicos que están ocultos y reprimidos en el interior de muchos hombres, es por esos que siempre las películas de Torrente tienen tanto éxito.

¿Cuál es mi opinión? Pues que no pasa nada, que todos tenemos derecho a “hacernos unas risillas? Jajaja…

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