LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

miércoles, 26 de octubre de 2011

EN LA INTIMIDAD DE LO PÚBLICO


Hoy es uno de esos días, está nublado, el tarde se ha vuelto gris, el sofá es demasiado cómodo para abandonarlo y tan solo la melodía de “entre fantasmas” me hace salir de mi estupefacción.

Hace ya algunos años que no me encontraba en un estado de relajación como el que me encuentro últimamente. Reírse es algo tan sano que últimamente he decidido dedicarle todo el tiempo que sea necesario. Hay temas que son especialmente divertidos, como son los escatológicos, hablar en tono de burla de la “caca” (lenguaje infantil pero correcto), hace que todo el mundo se imagine i explique situaciones realmente divertidas, lo cierto es que un lavabo (sobre todo si es público o utilizado por más de uno) puede ser un punto de coincidencia entre personas bien distintas.

En los lavabos nos trasformamos y nos convertimos en personas distintas puede ser un lugar donde dejamos volar nuestra imaginación. Algunos no pueden reprimir la necesidad escatológica de marcar el territorio, otros se sienten felices dejando marcas marrones y malolientes por todas partes, aunque también estamos los normales, los que utilizamos el lavabo, sobre todo si es público, para hacer cosas normales.

Cada lavabo tiene un olor peculiar y personal, viene en función de cómo se utilice y con la frecuencia con que se limpie, pero también tienen personalidad propia ya que se impregnan de los efluvios de los que lo usan. Un lavabo pude ser un lugar de encuentro de magreos discretos, o puede ser utilizado para explicar secretos en un susurro. En el lavabo nos podemos maquillar y decorar nuestras ojeras y poner brillo en los labios.

Hay cosas graciosas que te pueden ocurrir cuando vas al lavabo, de pronto alguien entra en la puerta de contigua, y se oye como el ruido de un chorrito que empieza a caer, y de pronto tu chorrito se interrumpe y esperas a que vuelva a sonar el mismo ruido y aflojas para seguir orinando, pero te da pánico que otra persona pueda también estar escuchando el ruido que haces y de pronto las ganas han desaparecido. Así que decides continuar sentada y esperar a que la otro persona haya terminado y se marche.

Yo creo que igual que hay personas que prefieren aguantarse las ganas antes que ir a un lavabo que no es el suyo, existen otras que les proporciona un morbo especial ensuciarlos. Tal vez el origen está en algún trauma infantil en el que tu madre te hacía sentir como un delincuente por haber ensuciado el suelo con dos gotitas insignificantes.

Entrar en un lavabo desconocido me proporciona una especie de miedo irracional comparado al que se puede sentir al mirar en el interior de un armario oscuro y desconocido. Entre los olores, los ruidos extraños y los seres curiosos que los habitan, pasar el umbral de una puerta de un lavabo es como entrar en una nueva dimensión.

Nadie sabe a ciencia cierta que ocurre cuando entras en un lavabo público, es un misterio. Protegido por el blanco del alicatado y de los sanitarios, es curioso el efecto que provoca a los usuarios. ¿Alguna vez os habéis fijado lo relajada que sale la mayoría de gente del lavabo? Yo sí, tal vez porque soy muy observadora les miro a los ojos y se adivinan cosas increíbles. Desde luego si buscamos un verdadero lugar donde te puedas sentir invisible a la vez que protegido, ese lugar es sin lugar a dudas entre las estrechas paredes de un lavabo.

Un lavabo en una casa llena de gente es el lugar de tranquilidad donde puedes leer El Jueves sin que nadie te moleste. Un lavabo es donde te muestras tal y como eres, donde te bajas los pantalones y se subes la falda, donde la ropa interior queda a la vista y donde se demuestra que todos somos iguales. Un lavabo es donde te encierras para llorar, para disimular la risa, para desahogarte, para hablar por teléfono sin ser oído, donde ocultas tus intimidades, donde aguantas la respiración para no gritar, donde te sientas y piensas durante unos segundos de lo que no debes hacer, donde provocas encuentros incómodos, donde te subes la bragueta del pantalón y arreglas la blusa y controlas la respiración. Un lavabo es además de todo un lugar donde, a parte de hacer el “pipi” y “caca” has hecho, haces o harás un montón de cosas más que nunca podrás confesar.

miércoles, 19 de octubre de 2011

"MAMA QUIERO SER COMO TU"


Si alguien te mira a los ojos, te sonríe y te dice “Mamá, quiero ser como Tu”, se te hace un nudo en la garganta, y si esto te lo dice tu propia hija adolescente, entonces una extraña sensación te invade y una simple frase se convierte en toda una declaración de intenciones.

Entonces me doy cuenta que existe una personita que me mira cada día, me escucha, presta a tención de todo aquello que digo y hago. Me ve cuando me levanto por las mañanas y cuando llego de trabajar, me observa atentamente y se va empapando de cosas que observa de mi forma de hablar y de actuar.

Me conoce desde hace 12 años y aún así le parezco lo suficientemente interesante como para llegar a la conclusión de que no estoy tan mal y que merece la pena parecerse a mí.

Entonces me da por pensar y llego a la conclusión de que soy yo la quiero parecerme a ella. Es una persona que se está haciendo día a día, se va formando y se hace mayor. Aprende cada día, absorbe como una esponja todo lo que hay a su alrededor. No envidio su juventud porque ahora estoy en una etapa distinta de mi vida, no envidio sus ganas de vivir porque yo me siento exactamente igual que ella, pero sí que envidio su gran sabiduría.

Siempre he pensado que tener un hijo es algo realmente difícil, educarlos, guiarlos, ayudarles a que se conviertan en grandes personas. Pero jamás he querido que ninguno fuera como yo soy o como yo me veo. Los adultos nos juzgamos, nos etiquetamos y casi siempre vemos antes las cosas feas que no las cosas buenas. Pero cuando un hijo te mira y reconoce que le gustas, valoras mucho más el amor que sienten hacia ti, porque son capaces de ofrecer su amor de forma incondicional.

Pero yo quiero ofrecerle alguna cosa más, quiero ser perfecta para ella, quiero que me mire y siga viendo cosas buenas en mí, así que hago una lista mental de todas aquellas cosas que hago mal, como refunfuñar demasiado, enfadarme sin razón o hacer el payaso y que se sienta ridícula a mi lado.

Nuestros hijos nos hacen ser eternos, gracias a ellos podemos vivir hasta el infinito y nos retornan la sensatez que vamos perdiendo con los años. Dicen que nuestra sociedad es una sociedad sin valores, que se está perdiendo el sentido del respeto a los demás y que sobre todo, los jóvenes, se mueven por puro egoísmo. Pero no debemos olvidar algo importante, nuestros hijos son nuestro propio reflejo, somos nosotros los que debemos enseñarles, y ser un ejemplo para ellos ha de ser nuestra prioridad.

Así que, mi mensaje va dirigido a todas aquellas personas que tienen hijos, y que viven sus vidas ejerciendo el mal por sistema. A todos aquellos que hacen daño a los demás, a los que su propio egoísmo no les permite ver la maldad que sus acciones conlleva, yo les haría pensar que sus hijos ven lo que están haciendo y aprenderán de ellos porque son sus padres, y cuando sean mayores, si no se pone remedio, serán seres malvados y egoístas y harán las misma cosas que han aprendido de sus propios padres.

Yo por si acaso quiero aprender y no cometer errores, quiero mejorar y quiero aprender de mis hijos porque ellos son el futuro, y ellos aún conservan cosas que yo hace tiempo que dejé olvidadas…

jueves, 13 de octubre de 2011

FNB y FIB


Existe un pequeño país Bhutan (que sus habitantes se llaman Druk Yul, “País del Dragón del trueno”) es un país budista de unos 750.000 habitantes y del tamaño más o menos como el de Catalunya rodeado al norte por el Himalaya y al sur por la India. Lo curioso de este país, sin querer entrar en valoraciones políticas, es que miden su riqueza no con el PIB (producto interior Bruto), si no que utilizan el FNB ( felicidad nacional bruta) y el FIB (felicidad interior bruta). Los cuatro pilares de la FNB son la promoción del desarrollo socioeconómico sostenible e igualitario, la preservación y promoción de valores culturales, la conservación del medio ambiente y el establecimiento de un buen gobierno.

He intentado crear una hipótesis y me he imaginado que un gobierno decidiera aplicar este tipo de valoración entre los habitantes de su país. Pero me ha sido imposible plantear una hipótesis que marca, en mi opinión el argumento perfecto de una novela de ciencia ficción.

Primero no veo posible que a nuestros políticos les importe el nivel de felicidad de sus habitantes, ya que ellos miden con índices electorales y resultados de intención de voto. Si existiera algún dirigente lo suficientemente sensato se encontraría con la dificultad del desconocimiento, pues no sabría lo que hacer para ofrecer mayor felicidad. Y por último la reacción de la misma población, como sociedad estamos viciados y relacionamos la felicidad con lo material y con el bien estar económico. Conceptos como el respeto, la convivencia, la tolerancia son primordiales para iniciar una relación que nos facilite la felicidad dentro de una sociedad totalmente contaminada por los avances tecnológicos y el abuso que se ha hecho estos últimos años del capitalismo.

Seguramente Bhutan como país tendrá muchas cosas que resolver, ya que durante mucho tiempo fue un país dominado y aislado del mundo. Pero tal vez ha llegado el momento de admitir nuestro fracaso como sociedad. Me gustaría encontrar algún partido que a parte de promesas electorales, la mayoría imposibles de cumplir, sobre la recuperación económica del país, o tantas y tantas cosas que están escritas en el manual del “mitin” y que repiten durante la campaña con ligeras variaciones según la tendencia política de cada partido. Existiera algún partido que se preocupara realmente por encontrar la manera de ofrecer felicidad a sus habitantes, de potenciar y mejorar todas aquellas pequeñas cosas que nos pueden proporcionar mucha más felicidad que el índice bursátil.

lunes, 3 de octubre de 2011

TU




Al renunciar a ella supe que renunciaba a algo más que a un amor verdadero. Siempre supe que sus labios eran los más dulces, y que su cintura era el centro de un cuerpo que se adaptaba perfectamente al mío.

Pero hay cosas en la vida que han de terminar, no se puede cambiar un destino que alguien escribió hace mucho tiempo. Engañar al futuro es más difícil que engañar a la muerte, y aunque intentes el gran salto a un abismo sin fondo, la verdad es que cuando llegas al precipicio sabes que es mejor no dar el salto porque tras la oscuridad ya no encontrarás lo que estás buscando.

Hace años te dejé escapar, no había otra opción, ahora me doy cuenta que se puede vivir el resto de una vida sin que estés a mi lado, lo cierto es que siempre se pude renunciar sin llegar a morir. Siempre se puede encontrar a otra persona que te haga feliz y que consiga borrar parcialmente el recuerdo de aquellas tardes de absoluta fantasía. Pero a pesar del tiempo, a pesar de la distancia, a pesar de las renuncias, cuando cierro los ojos recuerdo tu olor y tu piel, tus sonrisas y el temblor de tu mirada al sentir la mía.

Aprender a vivir nos hace fuertes, resistimos la adversidad y convivimos con la tristeza. Pero la vida también nos ha de servir para encontrar otros caminos que nos puede hacer sonreír.

Aunque el tiempo pasa y los años nos cambia, fuiste como una brisa de aire fresco que entró en mi vida, me liberó de la prisión emocional a la que me había encerrado, nos despedimos y renunciamos al amor, pero a la vez aprendimos a valorar y desear la felicidad. He vuelto a renacer y aún te recuerdo diciéndome como era realmente, aunque yo me resistía, ahora, soy como tu me veías, supiste ver todo lo bueno que había en mi pero que nunca me había atrevido enseñar.

Esto no es una despedida, porque se que siempre estarás a mi lado aunque tan solo sea en un sueño o en un recuerdo, solo quiero decirte que soy feliz y que gracias a tu sonrisa he aprendido a encontrar otra sonrisa en otro rostro que me dará todo aquello que necesito.