LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

martes, 30 de noviembre de 2010

EL DIA DESPUÉS


Nos empeñamos es buscar siempre una razón para todo, en dar respuestas a los por qué y en desarrollar teorías para trasformar una hipótesis en ley. Pero muchas veces las cosas pasan porque han de pasar. No siempre los accidentes tienen culpables, ni las personas enferman por cometer abusos ni siquiera conseguimos beneficios acordes con nuestros esfuerzos. De eso se trata el misterio de la vida, el azar, la casualidad, pero también la premeditación, provocan cambios y reacciones diferentes a las previstas en estadísticas o estudios. Lo científico es imprevisible y la razón de ser es siempre relativo a la perspectiva de las personas.

Durante días, hemos sido taladrados con mensajes electoralistas, encuestas y programas que de alguna manera u otra se nos han alojado en el subconsciente. Cada vez, y a falta de buscar la novedad en las campañas, hace que desconectemos de forma alarmante, de una realidad social e individual. La manera de afrontar un futuro varía según la situación personal de cada uno y por tanto en momentos de crisis y de crispación social es muy difícil poder determinar la reacción del individuo.

No se si me explico o no, y de todas formas son conclusiones personales que no llevan a ninguna parte. En definitiva y lo que quiero decir, es que no se puede predecir ni adivinar. Los cambios políticos son cíclicos y lo que durante 4 años a todo el mundo le parece bien que sea negro, de pronto, parece que ya no gusta y ahora se lleva lo blanco. Cuando algo no acaba de funcionar siempre es mejor cambiarlo y no seguir insistiendo en que funcione. Ahora toca cambiar muchas cosas, para algunos será bueno para otros será un drama, pero lo inevitable es lo que es y no sirve de nada luchar contra una tendencia que podría llevar, o no, a una mejora social. Lo sencillo es criticar al elector por escoger alguna opción política de forma totalmente democrática, pero la autocrítica y el reconocimiento del error es algo que no se suele hacer de forma pública, aunque estoy segura que sí se hace en la intimidad de las sedes políticas.

Hace poco decidí que lo mejor es aceptar los cambios, tanto si son buenos como si son malos, de la forma más optimista posible. Hay que tomarse los momentos difíciles de la vida con optimismo, una reflexión en positivo de cómo afrontar las adversidades. Después del domingo todos hemos de reflexionar sobre lo ocurrido. Los ciudadanos hemos de aprender y ser conscientes del enorme poder que nos han otorgado para decidir sobre el futuro de la sociedad y del individuo. Los políticos han de reflexionar sobre la gran responsabilidad que han de soportar cuando se les encarga la gestión de un país, de una ciudad o de un pueblo, y la sociedad, en general, tiene que aprender a exigir con calidad y a dar con responsabilidad. Todo un trabajo en equipo que nos tendría que llevar a un futuro mucho más alentador que el que se nos presenta hoy.

Tendremos más campañas, más elecciones y más candidatos, pero cada vez que hagamos el gesto de introducir una papeleta en una urna lo hemos de hacer pensando en la importancia y en la repercusión del ejercicio de un derecho.

jueves, 25 de noviembre de 2010

CARTA A MI ENEMIGO



Quiero escapar de tu violencia, quiero sobrevivir a tu odio, necesito no someterme a tu desprecio. Me imagino que estas palabras ni siquiera te harán pensar en como me siento, simplemente, creerás que estoy loca y que me merezco un escarmiento. Pero es que ya no aguanto más, convivo con alguien que no me quiere, comparto mi cama con el miedo y me siento a la mesa con la violencia, cada día es igual y cada día me prometo a mi misma que no volveré a soportarlo, pero te tengo demasiado miedo para, ni siquiera, decirte lo que siento a tu lado. El dolor físico puede soportarse, la vergüenza se puede disimular, pero lo que no consigo soportar es tu mirada de odio, y tus palabras de desprecio.

Los días especiales, para cosas especiales, sirven para que la sociedad tome conciencia de realidades con las que convivimos cada día. Pero para nosotras, para las víctimas, son días en los cuales se habla de forma pública de nuestros miedos y de nuestros enemigos. Este día, la gente malvada como tu, se mirará al espejo y no verá un hombre normal y corriente que trabaja, cuida de su familia y que de vez en cuando se divierte. Verá un maltratador que utiliza sus puños para hacer daño, verá a un hombre incapaz de amar y respetar. Sólo quiero que pienses que detrás de esa violencia, hay una mujer que sufre y que ha dicho basta.

Creo que ha llegado el momento de decirte adiós, de marcharme lejos y comenzar una nueva vida sin dolor, debo confesar que me ha costado demasiado tiempo dar este paso, pero sobre todo porque se que creerás que aún debes ejercer tu poder sobre mi y que debo aprender a soportar mejor tus golpes.

Has conseguido aislarme de mundo, has conseguido aislarme incluso de mi misma. Pero ahora se ha terminado. Me marcho lejos y sólo pienso en que de debo escapar, lo cual en el fondo es una pena, porque el que tendría que desaparecer de mi vida eres tu.

No quiero despedirme, no quiero verte y sobre todo no quiero que vuelvas a pensar en mi.

lunes, 22 de noviembre de 2010

UN CUENTO ASQUEROSO



No recuerdo como empezó todo. No hubo tiempo de lanzar ningún aviso de alarma, fue tan rápido que los países no dejaron margen a la población para decidir si querían continuar viviendo en un planeta dominado por las moscas. Primero fueron los animales, empezaron a hacerse mucho más pequeños, cada día menguaban y se hablaba de epidemia mundial. Los pájaros, mamíferos e incluso anfibios y reptiles, empezaron a mutar. En pocas semanas era normal ver perros tan pequeños como lombrices, e incluso a los grandes felinos convertidos en seres apenas imperceptibles para el ojo humano.

Se habló de una invasión extraterrestre como responsables del desastre, y se aconsejaba a la población permanecer en sus casas y no arriesgarse a una posible contaminación ambiental. Pero lo que nadie nos explicaba, era que los grandes mandatarios, los jefes de estado mundiales, ya estaban preparándose, protegiéndose del posible desastre.

El día que la especie humana empezó a mutar, fue el primer día del año 2024, el día 1 de enero, después que sonaron las 12 campanadas, en todos los países del mundo se empezó a notar los efectos de la enfermedad. Cada día nos hacíamos más pequeños, y cada día nuestro mundo se iba haciendo más extraño. La gente se quedaba atrapada en sus casas sin poder escapar, y a duras penas, podían continuar alimentándose. Muchos, cuando dejaron de medir un metro, a sabiendas de lo que les esperaba, decidieron poner fin a sus vidas. Otros empezaron a organizar lugares estratégicos en las ciudades para poder esconderse y mantenerse juntos mientras sus cuerpos se hacían cada vez más y más pequeños. Parecía que afectaba a todos por igual, no importaba la religión, la raza o la tendencia política a la que pertenecieras, todos sin excepción, empezaron a sentir como sus mundos se hacían cada vez más grandes.

A esas alturas aún no se sabía lo que les estaba ocurriendo a las moscas. Sobre todo en los países en que el frío del invierno les azotaba. A las puertas de la primavera fue la primera vez que empezaron a entender hasta qué punto, la cosa se había puesto difícil.

Las moscas habían crecido de forma descomunal, ahora eran ellas las que se movían con absoluta libertad por las calles. Habían invadido todos los espacios públicos y se alimentaban de todo aquello que encontraban a su paso. Nosotros, los humanos, estábamos recluidos y hacíamos lo posible por sobrevivir. No había noticias de cómo había afectado aquella extraña epidemia en otros países, no había prensa, ni televisión ni siquiera se podía saber qué había pasado con aquellos que, gracias su influencia, habían conseguido escapar a algún lugar antes que aparecieran los primeros síntomas de la mutación en los humanos.

Un día dejamos de encoger, parecía que habíamos alcanzado el tamaño mínimo, pero no era un gran consuelo. No se sabía que había pasado con los animales, pero todo el mundo pensaba que, igual que nuestra situación se había estabilizado, ellos no habían tenido la misma suerte, y habían continuado encogiéndose hasta quedar totalmente reducidos a simples parásitos, bacterias o tal vez, sólo habían desaparecido.

Nuestro primer encuentro con un grupo de moscas, fue un día que habíamos salido a buscar alimentos para nuestra pequeña comunidad de, apenas una cincuentena de personas. Permanecíamos escondidos en una pequeña casa, corrijo, gran casa que habíamos encontrado bacía. La inmensidad de la ciudad hacía que cualquier aventura que nos llevara más allá del jardín, fuera un enorme riesgo. Pero aún así, era necesario asumirlo para conseguir comida e intentar permanecer con vida. Después de varios días de viaje, llegamos a lo que había sido una cafetería. Nos aventuramos en el interior y fue allí donde descubrimos que las moscas vivían a sus anchas. Nos vieron sólo entrar. Estos bichos tienen un sexto sentido, detectan el movimiento más imperceptible. Hacían un ruido ensordecedor y sólo verlas te daban arcadas del asco, eran repugnantes. Fue impactante verlas allí, sentadas en nuestras mesas, y comiendo nuestra comida. Pero lo peor fue cuando intentamos llevarnos las provisiones. Lo cierto es, que aunque hubiéramos podido transportar el doble de nuestro peso en comida, para ellos, hubiera sido tan imperceptible, que no les hubiera supuesto ningún problema dejarnos marchar. Pero no fue así, mientras un grupo de nosotros intentábamos atraer la atención de los monstruos, otros intentaban llevarse toda la comida que les fuera posible. Pero cuando se dieron cuenta, una de las moscas se acercó a aquellos que habían conseguido acarrear algo de alimentos y sin pensarlo ni un instante levantó su enorme pata y los aplastó.

Todos quedaron reducidos a carne, huesos y vísceras. La mosca, se limitó a limpiar la sangre de su pata, se dio media vuelta y se sentó en la mesa que había estado ocupando minutos antes.

Entonces recordé la película del hombre mosca. Entonces comprendí lo que todo aquello significaba. Había llegado el momento de admitir que la especie humana, por mucho que intentara luchar por sobrevivir, estaba aniquilada. Aquellos seres no tenían ningún tipo de remordimientos, no sentían dolor ajeno ni pena, y actuaban tan mecánicamente que se limitaban a barrernos si les molestábamos. Nos marchamos de aquel lugar sin nada, ahora las calles ya no estaban solitarias. Estaban llenas de moscas, algunas interactuaban entre ellas, otras nos perseguía hasta que se cansaban, pero algunas no paraban hasta que, con un pisotón o un golpe de trompa, nos aniquilaba.

De una expedición de 20 personas, sobrevivimos tres.

Seguramente nadie podrá leer esto que estoy escribiendo. Apenas puedo mantenerme despierto.

_ Ya hace días que se nos han terminado los pocos alimentos que nos quedaba, y salir cada vez es más peligroso. Las moscas procrean con mucha rapidez y la población está aumentando de forma preocupante. Sólo espero que, aquellos que se marcharon lejos, que consiguieron esconderse para proteger sus vidas, puedan encontrar una cura y no permitan que esto se acabe así.

jueves, 18 de noviembre de 2010

ORDENAR


Muchas veces me siento como un archivador. Un archivador es muy útil para poder ordenar la documentación, puedes separar las facturas de la correspondencia ordinaria, los contratos de las nóminas y los folios en blanco de los sobres y las etiquetas.

Yo también dispongo de clasificadores. En mi corazón se guardan los sentimientos positivos como el amor, la ternura o la alegría. En el estómago se archiva el miedo y el estrés. En las extremidades se guardan todas aquellas cosas que, para mí, son superficiales y que forman parte de la imagen que tienen los demás de mí. Pero la parte de mi archivador personal que reservo para las cosas más importantes, es el cerebro. En él guardo todos los recuerdos, las ideas, lo aprendido y lo olvidado, lo pensado y los secretos más ocultos. Para poder disponer de una buena distribución he destinado lo positivo en el lado derecho y lo negativo en el izquierdo. Me ha costado mucho tiempo desempolvar todo lo que estaba amontonado y apilado de cualquier manera, nunca había tenido la necesidad de ordenar mi cerebro para poder encontrar cualquier cosa que buscara en el momento en que lo necesitara. Un día me di cuenta que si seguía con aquel desorden, seguramente llegaría un momento que sería imposible convivir con aquel “kaos” mental, así que con ropa cómoda y arremangando mi camiseta, empecé a desempolvar, clasificar y, ¿por qué no? deshacerme de muchas cosas que conservaba en rincones inhóspitos y que ni siquiera era capaz de reconocer como mías.

Muchos días cuando intentaba ordenar algunas cajas llenas de recuerdos no podía evitar sentir melancolía , pero cuando conseguía embalarlas y las guardaba en el lugar adecuado, me sentía mucho más tranquila. Una vez he clasificado, ordenado, etiquetado y guardado cada cosa en su sitio, me resulta mucho más fácil buscar, encontrar y olvidar. En un principio había pensado destruir muchas de las cosas que guardaba y que me habían hecho sufrir en el pasado, pero en el último momento he pensado que era mejor conservarlas, muchas veces, los errores se cometen porque hemos olvidado los ya cometidos en el pasado. Pero eso sí, están guardadas en cajas especiales, de aquellas cajas herméticas y que resisten el paso del tiempo. Por otro lado, he decidido dejar mucho más a mano recuerdos que me han llenado de felicidad, y que por alguna razón estaban tan escondidos que hacía demasiado tiempo que no había pensado en ellos.

Ahora casi he terminado, cuando entro en mi cerebro me complace encontrar las cosas a la primera, todo está limpio, han desaparecido las telarañas y el ambiente ya no huele a cerrado. Justo entrando, sin tener muy claro si han de ir en el lado derecho o en el izquierdo, he dejado unas cuantas carpetas de diferentes colores. No he tenido valor para abrirlas y no estoy muy segura de lo que hay en su interior, así que creo que lo más sensato será llevarlas a un archivo definitivo, de aquellos que son tan secretos que nadie podrá consultar nunca y que permanecerá cerrado para siempre.

lunes, 15 de noviembre de 2010

OCULTA


Veo mi vida a través de un pequeño rectángulo. Cuando respiro, escucho mi aliento y oigo con toda claridad las bocanadas de aire que entran por mi boca. No quiero tener que salir al exterior y esconderme como si fuera una criminal, no me gusta no poder mirar a los ojos a los demás. El cielo ha dejado de ser azul y nunca puedo contemplar lo que me rodea.

Soy una mujer aislada de la realidad, pero el resto del mundo piensa que es así como ha de ser. Nadie puede ver mi hermoso pelo negro, nadie puede ver mis tristes ojos, ninguna de las personas que se cruzan conmigo ven el tono de mi piel. Soy como un hermoso regalo envuelto en un feo papel, pero por otro lado, nadie tiene curiosidad por ver lo que hay debajo. Me están anulando como persona, me están apartando del mundo, y representa que a mi me tiene que gustar. Debo creer que es así como ha de ser, debo estar feliz con mi situación y debo agradecer el poder existir.

Pero no es la vida que quiero vivir. No quiero seguir existiendo sin que nadie pueda verme sonreír. Soy una mujer alegre y río con facilidad, pero ahora, hace demasiado tiempo que mis labios se han paralizado. Mis ojos ya no luchan por ver más allá de la tela que tapa mi cara, se han resignado y cada vez miran menos el horizonte.

Antes, me resistía demasiado a mi futuro, ahora, ya sólo siento resignación. Tengo miedo a lo que me podría pasar si decidiera enseñar mi rostro. Antes, me sentía hermosa y me gustaba pensar en mi belleza como algo natural, de la misma manera que el viento, el sol, o la lluvia, cosas hermosas que la naturaleza ha creado.

Ahora soy una ser invisible, me muevo pero nadie me ve, respiro, pero nadie me siente. Soy un fantasma bajo un trozo de tela, me he convertido en un ser repugnante al que hay que ocultar de la vista de todos. No quiero existir así.

Mis sueños están cambiando, ahora, casi todos son en blanco y negro, y solo puedo ver a través de un pequeño rectángulo, un trozo de tela está siempre sobre mi cara. Mis sueños ya no recuerdan lo hermoso que es el mundo, mis sueños cada vez se parecen más al mundo real. El día que cuando cierre los ojos, todo sea igual que cuando los tengo abiertos, ese día habrá llegado el momento….. Ese será el día de volver a empezar.

lunes, 1 de noviembre de 2010

NUEVA ETAPA


La vida da oportunidades que no siempre son evidentes. Lo cierto es, que las oportunidades son escasas y hay que ser hábiles para detectarlas y aprovecharlas. No siempre apararen en forma de persona elegante que llama a tu puerta y te dice: ¡Te ofrezco una oportunidad que no podrás rechazar!, seguramente estas son las menos.

En los últimos tiempos, la crisis está haciendo estragos en la vida de muchos, sobre todo en aquellas personas que llevaban años trabajando en una misma empresa, un buen día alguien se acerca por la espalda, le toca el hombro con disimulo y le entrega una carta informándole que está despedido, y en el mejor de los casos, le ofrecen un sobre con la indemnización que legalmente le pertenece.

Por desgracia estas situaciones se está dando demasiado en nuestra sociedad y tal vez, sean situaciones que provocan otro tipo de crisis, personales, económicas e incluso puede llevar a vivir de forma extrema problemas familiares.

Cuando afrontamos una crisis, sobre todo laboral, tenemos que buscar donde se encuentra la oportunidad, porque siempre existe una que puede dar la vuelta a nuestras vidas. ¿Cuántas veces hemos escuchados a personas, que llegada su madurez, se arrepientes de no haber hecho nada más en la vida que trabajar?, muchísimas veces. Personas que han entregado su salud a estresantes jornadas laborales, que no ha podido disfrutar de su familia porqué han dedicado todas sus energías a trabajar durante años. También están los que el trabajo ha supuesto un suplicio, día tras día, sin motivación alguna, un aburrimiento que ha comportado apatía y desilusión en muchas otras áreas de sus vidas.

El mundo está lleno de pintores, escritoras, aventureras, científicos, fantásticos nadadores y mejores deportistas. Pero todos ellos están ocultos bajo el mono de mecánico, el traje de ejecutivo e incluso el uniforme de la fábrica. Porque, desgraciadamente, no es en el trabajo donde tenemos la oportunidad de dar a conocer nuestras verdaderas habilidades. Atrás ha quedado la vocación, no todos los médicos han soñado serlo, ni los profesores son personas que disfrutan con su trabajo ni siquiera los políticos actúan por principios.

Es por esos que hoy me siento afortunada, hace unos días alguien ha pensando en mi bien estar, y me ha dado una oportunidad nueva en mi vida. Ha pensado que después de siete años necesitaba un cambio. He recurrido a mis reflexiones más profundas, a mis experiencias del pasado y sobre todo he recordado una película que puede ver hace unos mese y me hizo reflexionar sobre este tema: “Up in the Air (2009) del director Jason Reitman” , en esta película George Clooney es un ejecutivo, que su trabajo consiste en viajar por todo el país e informar a trabajadores que están despedidos. Aunque para él es un trabajo rutinario, hace todo lo posible por presentar los despidos como nuevas oportunidades.

Pues aquí estoy yo, sentada en un pequeño despacho, con dos personas delante (y que ninguno de los dos era George Clooney) informándome de mi nueva situación laboral, una buena oportunidad para empezar una nueva etapa en mi vida, y así es como lo he tomado.

Como he dicho antes, me siento afortunada de poder empezar otra vez. Todos los proyectos nuevos motivan y además te dan tema de conversación con los amigos y sobre todo da que hablar a otros compañeros de trabajo. No obstante sí existe una pequeña crítica. Cuando alguien ha de dar una noticia, sea buena o mala, es de agradecer para el que recibe la noticia ciertos aspectos:

- La sinceridad: Es preferible escuchar la verdad, aunque sea dura, siempre es mejor que invenciones para disfrazar una realidad innegable.

- El respeto: Cuando dudan de lo que dices, es una enorme falta de respeto que se puede evitar.

- La transparencia: Poner las cartas boca arriba, si la decisión que se toma se ajusta a la legalidad, no hay que tener miedo de mostrar las cartas.

- La escucha activa: No sirve de nada escuchar si todo lo que se dice no sirve absolutamente para nada. Siempre puede haber alguien a quien le pueda interesar.

En los tiempos que corren, tener a personal especializado en dar noticias, sobre todo si son malas, sería aconsejable. Porqué, como me dijo alguien hace pocos días: “Después se extrañan si alguien se le va la cabeza, y hace cualquier tontería”. Porque tan importante es la noticia en sí, como la manera en que se da.

Es por eso que insito en mi buena suerte, por la increíble atención que he recibido estos días, porque gracias a esta nueva oportunidad, podré dedicar mi vida a cosas que realmente me motivan, porque aprenderé cosas nuevas y sobre todo porque, a diferencia de otros muchos, nadie me ha tocado el hombro y me ha entregado una carta en la que me comunicaban que estaba despedida.