Después del verano todo empieza a
moverse, las cosas que habían quedado paradas arrancan poco a poco, sin prisas
pero intentando recuperar la inercia de la vida.
¿Lo mejor de las vacaciones? Pues es
difícil decirlo, seguramente hay tantas respuestas como personas hay en el
mundo, pero sí que es cierto que es un periodo del año en el que hay menos
cosas a tu alrededor que te distraigan, consigues mantener un contacto más
íntimo con los que tienes cerca y algunas veces recuperas sensaciones que pensabas
que habían desaparecido.
Este año he buscado el principio, el
origen, el momento en el que tomé una decisión que marcó mi pasado y el futuro
que vino después. Recuerdo el momento crucial, un día que cerré los ojos y me
lancé a un mundo desconocido, busqué una aventura de la que la mayoría hubiera
huido, y de pronto bajo la luna y las estrellas vuelves a sentir aquellas
palabras, aquellas sensaciones que te trasladan al pasado y que te hacen ver
cual era aquella realidad.
Es curioso lo saludable que es hacer
este ejercicio, un ejercicio de reflexión que te ayuda a hacer las paces y a no
querer cambiar cosas que jamás podrán ser de otra manera. La perfección no está
en hacer las cosas bien, la perfección está en saber el porqué las has hecho, y
parece que es lo más fácil de olvidar.
¿Qué motivo nos lleva un buen día a
desear a alguien? ¿qué pasa por nuestra mente el día que aceptamos una cita o
hacemos un regalo? ¿qué nos puede llevar a huir de nuestro destino? Son tantas
y tantas cosas que nos influyen en un segundo, que es muy fácil que aquella
pequeña señal, aquel pensamiento, el roce o el contacto de una piel nos haga
tomar decisiones y que con el tiempo olvidemos aquel instante.
Pero no es cierto que olvidemos, es
que corremos tanto que no prestamos la suficiente atención y pensamos que
aquellas decisiones del pasado las tomaron otras personas por nosotros.
Seguramente el secreto esté simplemente en prestar la suficiente atención para
no dejar que se escape ningún detalle. Utilizar las palabras en mucho más que
colocarlas de forma ordenada para darle sentido. Tocar a alguien es más que
pasar los dedos por encima de una piel, sonreír tiene más sentidos si no nos limitamos
a utilizar la boca y sobre todo escuchar es infinitamente más gratificante si
nos ayudamos de nuestro instinto.
Empieza una nueva etapa, pronto
llegará el otoño con su hermoso paisaje repleto de colores, la tierra tendrá un
nuevo olor, el cielo se hará más oscuro día tras día, nos desesperaremos por
apretar el acelerador para correr más y más. Pero debemos parar, respirar,
llenar nuestros pulmones de oxígeno puro y sobre todo no debemos dejar de hacer
las cosas que realmente importan en la vida, escuchar, hablar, sonreír, amar,
sentir y sobre todo lo más importante, no olvidemos vivir.