LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

sábado, 1 de junio de 2013

MUCHO POR VIVIR



La esperanza de vida está entre los 78 y 80 años, eso quiere decir que desde el momento de nacer, tenemos un montón de tiempo para cagarla.

A lo largo de toda la vida respiramos unas 76.180.000.000 de veces, parpadeamos unas 743.600.000.000.000. Una persona duerme un cuarto de su vida, lo que le equivale a 8 horas por día, o lo que es lo mismo 23 años se los pasa durmiendo. Una persona a lo largo de toda su vida usa más de 750 palabras diferentes, entre las que están aquellas que se dicen sin querer. A lo largo de toda su vida defeca (hace caca) unas 26.000 veces con un total de 13.000 kilos de materia fecal, lo que equivale también ha tiempo que dedicamos a reflexionar sentados en el retrete. Escucha también 3.500 canciones diferentes y camina unos 120.000 km.

Se podrían cuantificar las veces que miramos la televisión, que dedicamos a trabajar e incluso el tiempo que estamos sin hacer nada. Pero lo que más me interesa es pensar de todos los años que invertimos en vivir, saber cuantas decisiones han sido acertadas o equivocadas.

Decisiones sencillas, como por ejemplo el peinado que elegirás el día que vas a la peluquería, o qué llamada vas a contestar cuando suena el teléfono, si acudirás o no a una reunió a la que no te apetece ir, miles y miles de pequeñas decisiones marcan nuestra vida.

De niños aprendemos de nuestros errores a base de cometerlos, en la adolescencia cometemos muchos errores y no siempre aprendemos de ellos pero cuando somos adultos perdemos la facultad de reconocer cuando estamos cometiendo un error. Son esos años que castigamos nuestro cuerpo sometiéndole a terribles torturas, lo llenamos de alcohol, de nicotina y de grasas saturadas. Son años que nos dejamos maltratar en el trabajo o por amigos o por familiares, años que no somos capaces de ver los errores que cometemos una y otra vez.

Si durante toda nuestra vida respiramos unas 76.180.000.000 veces tal vez deberíamos aprender a tomar consciencia de cada respiración, de cada vez que nuestros pulmones se llenan de aire, y pensar que cada vez que lo hacemos es un instante de vida más o una respiración menos.

Sería bonito saber cuantas veces hemos abrazado a otra persona, o cuantas hemos besado, cuantas hemos acariciado el rostro de nuestro hijo o cuantas hemos llorado. Cuantas hemos compartido una conversación agradable o cuantas hemos reído y nos hemos sentido muy feliz. Son momentos que olvidamos y que por el contrario deberíamos recordarlos, soñarlos y vivirlos para siempre.

Un día llegas a mitad de tu vida, cumples los 40 y repasas las notas, la mayoría de veces te sientes como si “progresaras adecuadamente”, pero entonces piensas que no es suficiente, que te quedan por vivir 40 años más y decides que ha llegado el momento de convertirte en una mejor persona y entonces piensas que ha llegado la hora de aprender de los errores para no volver a cometerlos. Te reconquistas a ti misma y todo vuelve a empezar, es imposible recuperar lo vivido, es imposible volver atrás y hacer las cosas diferentes, pero seguramente si lo pudiéramos hacer perderíamos también todos aquellos momentos que nos han llenado de felicidad. Así que decides que los próximos años que te quedan, sean los que sean, los vivirás aprendiendo, los vivirás viviéndolos y sobre todo decides que los has de vivir siendo consciente de tu propia existencia.

Queda aún demasiado tiempo para ser feliz, cuida tu cuerpo, no lo perjudiques, haz ejercicio, llénalo de amor, dale placer. Cuida tu mente, no la sometas a presión, déjala soñar, dale descanso y sobre todo llénala de buenas ideas. Cuita tu corazón, presta atención a sus latidos, dale ritmo y no hagas que se sienta triste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario