LA FRASE

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miércoles, 8 de febrero de 2012

SOÑAR EL PASADO


Cuando cerramos los ojos acostumbramos a soñar nuestro futuro, pero en pocas ocasiones soñamos el pasado. Algunas veces, cuando quiero conocerme mejor, cuando quiero profundizar en mi filosofía interna, en la textura de mis pensamientos, imagino el pasado. Pero no un pasado vivido, o un pasado recordado, sino un pasado que nunca ocurrió. Imagino mis pasos de delante hacía atrás, imagino un día concreto en un lugar indeterminado que dije un sí, ahora deshago el camino hecho y digo un no y entonces otra historia, otro recuerdo aparece en mis sueños. Creo que aquí se encuentra una dimensión desconocida y poco explorada, un estado mental donde podemos revivir nuestras vidas y las de los demás una y otra vez, una vida infinita sin principio ni fin.

Podemos cerrar los ojos y volver a tener diez años, es igual si recordamos el momento exacto, es igual si nuestro cerebro nos enseña imágenes reales, lo importante es soñar que hacemos algo que nunca hicimos, que recogemos un papel del suelo cuando la verdad fue que ni lo vimos. Soñamos que no llegamos a dar nuestro primer beso, que jamás suspendimos aquel examen de lengua y entonces nuestra vida se convierte en una vida distinta. Pasa el tiempo y los recuerdos se van sustituyendo por cosas que nunca ocurrieron, estos son los verdaderos sueños del pasado. Recorres la distancia de la vida pensando, situándote siempre en el atrás y jamás intentando imaginar el futuro que, de pronto, se ha convertido en un futuro desconocido.

Soñamos que jamás rozamos la piel suave de aquella mujer apasionada, soñamos que regalamos una pulsera con una inscripción de “te amo” en lugar de un reloj, y nuestro sueño del pasado ha transformado nuestro futuro, ahora el que nos acompaña día y noche es una persona desconocida o tal vez estés solo y no tengas nada que compartir con nadie. La ventaja de soñar el pasado es que nuestro futuro nunca trascurrirá de la misma manera, los caminos habrán variado, cuando antes subías ahora tienes que bajar, cuando antes hacía frío ahora estás un lugar cálido y cuando has llorado de tristeza ahora sólo haces que reír. Debemos aprender a soñar momentos del pasado que ya no recordemos, debemos imaginar cosas que deberíamos haber hecho y que no nos atrevimos, porque cuando abrimos los ojos, cuando miramos de frente en lo que nos hemos convertido nos daremos cuenta que realmente siempre elegimos el mejor camino. Que aunque al soñar el pasado pienses que deberías haber hecho esto o lo otro, la realidad es que tienes tantas cosas buenas que no podrías desear nada mejor.

Es fácil decidir un futuro según el presente y recordando un pasado, pero la mejor manera de afrontar el futuro tendría que ser, soñar el pasado, vivir intensamente el hoy i desear el futuro siempre con la ilusión que nos enseña nuestro propio instinto.

Cierra los ojos, abre tu mente para soñar el ayer, aquel día que elegiste a la mujer perfecta, el día que tus hijos abrieron los ojos al mundo, el momento exacto que decidiste ser una persona nueva, recuerda momentos de felicidad que tal vez habrían cambiado si al soñar el pasado pudieras cambiarlo, y entonces sabrás que estás haciendo el mejor viaje de tu vida.

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