LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

martes, 18 de diciembre de 2012

EMOCIONES



Camino dando un paseo y miro a mi alrededor y me siento rodeada de gente, cada persona cada individuo emite una energía, esta energía son las emociones. Nuestro instinto, lo que pensamos conscientemente y lo inconsciente proviene de las emociones. El único inconveniente es que no sabemos como sentirlo, no somos capaces de dejarnos llevar. En realidad es mucho más sencillo de lo que podría parecer, incluso el simple echo de elegir un nuevo teléfono móvil nos comporta una emoción, hacemos números, comparativas de ofertas, estudios de ahorro, pero en el fondo lo más sencillo es detenernos unos segundos y sentir nuestras propias emociones al pensar en una elección u otra.

Las emociones hace que conectemos con personas ajenas a nosotros, alguien que no hemos visto nunca se acerca y te habla, y entonces sientes cosas, normalmente es una mezcla de emociones que no sabemos identificar pero tan solo hemos de parar unos segundos y abrirnos a las sensaciones que nos entran.

Estamos deseando conocer a alguien con la que tan solo hemos hablado por teléfono y cuando oímos su voz nos imaginamos, no a una persona, si no a un conjunto de emociones que es la verdadera realidad de lo que conocemos.

Somos humanos y necesitamos el contacto físico, necesitamos que nos acaricien que nos besen y sentir un escalofrío el final de la espalda, pero nada de esto nos daría satisfacción si no identificáramos la parte física con la parte emocional. Muchas veces nos negamos o negamos a nuestra mente la posibilidad de emocionarnos ante cosas cotidianas, un saludo, un recuerdo, una palabra. Cada vez las personas nos encerramos más en nosotros mismos, cada vez nuestro espacio para emocionarnos es más reducido. Estamos relegándolo a un espacio de música a una película o al momento de intimidad con la pareja. Pero sentir emociones no puede ser como cuando enciendes un interruptor, no puedes encender o apagar a tu antojo, porque las emociones siempre están a flor de piel siempre tienen su momento para aparecer e ignorarlas nos ocasiona estrés y nos altera el alma. Siempre podemos aprender a controlar estas emociones, pero debemos dejar que fluyan por nuestro cuerpo, debemos dejar que nuestra mente se pare durante unos segundos para sentir, para emocionarse, y pasado este instante puedes seguir adelante. Si intentamos ignorarlas, es cuando los sentimientos se convierten ira, nos hace estar enfadados y no nos deja ver las cosas con una perspectiva adecuada. Encuentra aquel instante de intimidad, aquel momento de soledad bajo las sábanas blancas y el contacto de una piel, y una vez estés allí deja que las emociones te cubran y te transporten al paraíso de las sensaciones.

Conocemos a personas, compartimos el hogar, el trabajo, el ocio, pero casi nunca hacemos caso a las sensaciones que nos aporta el contacto con ellas. Si una persona  hace sentirnos mal, incómoda o simplemente un notamos un rechazo irracional, forma parte de las emociones que sentimos hacía ella, no debemos ignorarlas, debemos identificar estos momentos y si es necesario alejarnos lo más posible. Las emociones nos ayuda a estar en paz con nosotros y con nuestro entorno, de la misma manera que otras veces estar cerca de alguien nos dispara un sentimiento de placer o de bien estar, ¿por qué tenemos que renunciar a este sentimiento si la emoción que nos aporta nos ayuda? Muchas veces evitamos estos contactos porque nos empeñamos en valorar las cosas como bien o mal, valoramos si es correcto o incorrecto, pero olvidamos que esta emoción que sentimos en aquel instante es energía y que es una energía positiva y por lo tanto la debemos aceptar y aprovecharnos de ella.

En el fondo somos animales que nos movemos de forma instintiva, pero la mayoría de veces dejamos que la parte más racional de nosotros nos dirija y nos lleve a momentos caóticos del espacio y del tiempo, cuando lo más sencillo sería dejarse llevar por las emociones y por nuestro propio instinto. Es sencillo, adivinar lo que la otra persona desea de ti, lo que necesita recibir y tú lo que necesitas dar en aquel instante, cierra los ojos y deja que la energía fluya por tu cuerpo, acepta aquello que estás sintiendo y déjate llevar aunque solo sea por un instante, abre los ojos y actúa, la mayoría de veces será un gesto, una paso que te haga estar más cerca de la otra persona o una simple sonrisa y ese pequeño acto ese impulso, servirá de vía de comunicación y de transmisor de emociones.

“Cierro los ojos y siento tu sonrisa y que tus ojos me miran atentamente, y cuando los abro simplemente estás allí esperando que me acerque y volvamos a empezar”

No hay comentarios:

Publicar un comentario