LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

jueves, 18 de noviembre de 2010

ORDENAR


Muchas veces me siento como un archivador. Un archivador es muy útil para poder ordenar la documentación, puedes separar las facturas de la correspondencia ordinaria, los contratos de las nóminas y los folios en blanco de los sobres y las etiquetas.

Yo también dispongo de clasificadores. En mi corazón se guardan los sentimientos positivos como el amor, la ternura o la alegría. En el estómago se archiva el miedo y el estrés. En las extremidades se guardan todas aquellas cosas que, para mí, son superficiales y que forman parte de la imagen que tienen los demás de mí. Pero la parte de mi archivador personal que reservo para las cosas más importantes, es el cerebro. En él guardo todos los recuerdos, las ideas, lo aprendido y lo olvidado, lo pensado y los secretos más ocultos. Para poder disponer de una buena distribución he destinado lo positivo en el lado derecho y lo negativo en el izquierdo. Me ha costado mucho tiempo desempolvar todo lo que estaba amontonado y apilado de cualquier manera, nunca había tenido la necesidad de ordenar mi cerebro para poder encontrar cualquier cosa que buscara en el momento en que lo necesitara. Un día me di cuenta que si seguía con aquel desorden, seguramente llegaría un momento que sería imposible convivir con aquel “kaos” mental, así que con ropa cómoda y arremangando mi camiseta, empecé a desempolvar, clasificar y, ¿por qué no? deshacerme de muchas cosas que conservaba en rincones inhóspitos y que ni siquiera era capaz de reconocer como mías.

Muchos días cuando intentaba ordenar algunas cajas llenas de recuerdos no podía evitar sentir melancolía , pero cuando conseguía embalarlas y las guardaba en el lugar adecuado, me sentía mucho más tranquila. Una vez he clasificado, ordenado, etiquetado y guardado cada cosa en su sitio, me resulta mucho más fácil buscar, encontrar y olvidar. En un principio había pensado destruir muchas de las cosas que guardaba y que me habían hecho sufrir en el pasado, pero en el último momento he pensado que era mejor conservarlas, muchas veces, los errores se cometen porque hemos olvidado los ya cometidos en el pasado. Pero eso sí, están guardadas en cajas especiales, de aquellas cajas herméticas y que resisten el paso del tiempo. Por otro lado, he decidido dejar mucho más a mano recuerdos que me han llenado de felicidad, y que por alguna razón estaban tan escondidos que hacía demasiado tiempo que no había pensado en ellos.

Ahora casi he terminado, cuando entro en mi cerebro me complace encontrar las cosas a la primera, todo está limpio, han desaparecido las telarañas y el ambiente ya no huele a cerrado. Justo entrando, sin tener muy claro si han de ir en el lado derecho o en el izquierdo, he dejado unas cuantas carpetas de diferentes colores. No he tenido valor para abrirlas y no estoy muy segura de lo que hay en su interior, así que creo que lo más sensato será llevarlas a un archivo definitivo, de aquellos que son tan secretos que nadie podrá consultar nunca y que permanecerá cerrado para siempre.

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