LA FRASE

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martes, 24 de abril de 2012

CUANDO CIERRAS LOS OJOS, ¿QUÉ ES LO QUE VES?




Cerramos los ojos para descansar, para dormir, para relajarnos, para concentrarnos, para buscar y encontrar aquel momento de paz que necesitamos. Cerramos los ojos para evitar explotar, para reflexionar para sentir y para imaginar.

Al cerrar los ojos recordamos momentos del pasado que hemos vivido o que nos hubiera gustado vivir. Pensamos en los seres queridos que nos han olvidado, sentimos el tacto del viento, el calor que nos llega del sol y la ternura de la lluvia en un día de verano.

Ver más allá de la claridad y de la luz, ver más allá de la imaginación y de los deseos, mirar en el interior de nuestro cuerpo y entendernos como algo eterno dentro de un mundo diminuto. Cuando cierras los ojos mueres, desapareces, dejas de respirar y el espíritu se separa del cuerpo para formar parte de un universo lleno de estrellas y  de energía pura que se mueve por el universo. Cuando cierras los ojos dejas de sufrir, no sientes dolor y las lágrimas se detienen. Cierras los ojos para memorizar el momento, para recordar hasta el último detalle de aquello que te rodea, para sentir un cuerpo o para escapar de él.

Preguntar ¿qué ves cuando cierras los ojos? es fácil, pero saber explicarlo, hacer que los demás sean capaces de ver lo mismo o de sentirlo, aunque sólo sea una pequeña porción, es tremendamente difícil. Es un momento de absoluta intimidad, no es un sueño, no es una realidad, es tan solo un fragmento de vida que puede durar eternamente.

Vivimos en un mundo imperfecto y como hombres y mujeres de este mundo, debemos ser parte de esta imperfección, tenemos el deber de encontrarnos y aceptarnos,  de vernos tal y como somos. Cuando cierras los ojos viajas a un mundo paralelo, donde puedes convertirte en otra persona o simplemente ser tal y como eres. Puedes vivir en una realidad donde nadie te juzga ni se pone en duda tus criterios o principios.

Pero, para no desaparecer, para no quedarse encerrado en un mundo diferente al nuestro, debemos volver a abrir los ojos. Solo aquellos que han elegido el momento de su partida pueden permanecer en su paraíso personal, el resto, debemos abrir los ojos, debemos aplicar a nuestra vida imperfecta toda la energía que hemos recuperado en nuestro pequeño viaje. Debemos mirarnos de la misma manera que lo hacíamos con los ojos cerrados, debemos sentir la serenidad y la calma que hemos encontrado en nuestro jardín de ensueños.

Tan solo aquellos que no son humanos, que han sido creados buscando la perfección de lo imperfecto, aquellos que han nacido para ser imitadores de un cerebro complejo y que han sido creados para sustituir un amor perdido, no encontrado o añorado, tan solo aquellos deben  perderse en el lugar que les lleva sus sueños.




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