La cosas suceden en un instante, un
suspiro, un guiño un impacto. Cada uno valora el tiempo de una manera distinta,
un segundo es tiempo suficiente para cometer un error, un momento puede durar
un minuto y una hora puede hacerse eterna. Una canción acompaña el instante de
una lágrima caída por una noticia triste, un trueno llena de luz la oscuridad si
esperas el tiempo suficiente y en 20 minutos se puede perder de vista las cosas
que tienen valor.
Marcamos los día con horarios, relojes que
marcan los momentos y que guían el ritmo que has de seguir. La vida te otorga
unas horas determinadas para dormir, no puedes utilizar más tiempo del que
necesitas para elegir la ropa y la vida tan solo te concede dos minutos para
lavarte los dientes. En pocas ocasiones dejamos de mirar el reloj, en pocos
momentos desistimos de cronometrar nuestro tiempo, porque siempre pensamos cuanto nos quedará por
gastar cuando pasemos a otra cosa. Pero ¿canto tiempo necesitamos para las
cosas que realmente importa?. Utilizar el tiempo en cosas importantes no es
perderlo, invertir minutos en jugar a pelota con tu hijo, regalar las horas
para amar, acariciar o besar. Donar tiempo que ayuden a un amigo o perderlo
simplemente porque necesitas que las cosas sean de esa manera.
Hay persona que han pasado por
experiencias duras, que han tenido que vivir momentos difíciles, o que han
afrontado pérdidas de personas queridas. Hay personas que han sufrido por culpa
del dolor, de la enfermedad o del encierro, y tal vez en estos momentos es
cuando aprendes que el tiempo es algo que todos tenemos aunque el de cada uno
tienen un valor distinto.
Hay tiempos que se han perdido por un
mal uso, y este tiempo perdido, el tiempo mal invertido es el tiempo que de
alguna manera debemos de recuperar.
Estamos sometidos a normativas, a
tiempos marcados y del que cobramos a final de mes. Los que hoy día tienen
suerte de trabajar, no están cobrando realmente por el trabajo que realizan, si
que son pagados a cambio de ofrecer tiempo, es un simple intercambio. Yo dedico
mi tiempo ha hacer las cosas que tu quieres que haga y tu me pagas por ese
tiempo. Pero es tan solo eso tiempo, del que prescindimos para poder disponer
de dinero y dedicar el resto del tiempo que nos queda a hacer cosas
importantes. Es mejor utilizar el tiempo con el que comerciamos a hacer cosas
que nos gustan, que nos hace sentir mejor y que sobre todo nos hace sentir que
no estamos malgastando el tiempo aunque nos lo paguen.
Debemos responder a la hora que
entramos, a la hora que salimos y sobre todo el momento del descanso, 20
minutos. ¿Que nos da tiempo a hacer en 20 minutos? Este es tiempo suficiente,
para tomar una bebida caliente, para disfrutar de un cigarrillo o para comer un
bocadillo, pero hagamos lo que hagamos, no debemos olvidar que estos 20
minutos, este tiempo que nos permiten descansar a cambio del intercambio con
dinero, son los 20 minutos menos importante de nuestro día. Porque una vez
vuelves a casa es donde has de decidir de qué manera podemos utilizar nuestro
tiempo, el cual a partir de entonces es gratis, y se debe convertir en el
tiempo mejor invertido y sobre todo se convierte en el tiempo más
satisfactorio.
Tal vez el problema sea que nos
sentimos frustrados con demasiadas cosas, cosas que se escapan a nuestro control. Y la
sensación que debemos someternos al control de 20 minutos nos haga perder de
vista el verdadero motivo de nuestra ira. Un día son 365 horas, y de estas
horas muchas son horas que no damos un verdadero valor, tal vez deberíamos
comenzar a dar importancia a otros muchos momentos de nuestra vida, y no
permitir que 20 minutos de nuestro tiempo se convierta en un conflicto personal
que nos haga olvidar lo que verdaderamente importa.
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