LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

lunes, 1 de abril de 2013

Conectada a la vida, conectada al mundo conectada al amor


Los avances en la vida pasan por etapas, la primera vez que vas al colegio, cuando te enamoras, el primer trabajo, el primer día de vida en pareja, el primer coche… en fin un montón de nuevas experiencias que hacen que algo cambie en tu vida, un clic, un nuevo rasero. Pero existe un cambio esencial, algo que los jóvenes y adolescentes parece que hayan nacido con él bajo el brazo. El día que dispones de 3G en teléfono móvil. Es una tremenda emoción que te invade cuando te levantas, y te das cuenta que estés donde estés, podrás estar conecta al mundo, a los millones de personas que lo habitan y que además podrás compartir tu vida con ellos.

Se me ocurren un montón de ideas, un montón de emociones, un montón de situaciones en las que podré navegar por la red y comentar, hacer y sentir en compañía de montones de otras personas anónimas o no.

Podré comentar en Facebook si me levanto con ojeras que me llegan a los pies, o comentar si por fin voy a tener aquella reunión que no llega nunca y que se está convirtiendo en un misterio, o que en los 20 minutos del desayuno he podido, como si batiera un record, comer el bocadillo y el café con leche sin pasarme del tiempo. Incluso se me ocurre que podría mantener una emocionante sesión de sexo realmente satisfactorio y multiorgásmico virtual mientras la otra parte está en el aeropuerto o en medio de una reunión. Podré retar a mis amigos a juegos varios, podré enviar mensajes por puro capricho y sin que tenga que constar en la factura de final de mes. 

Seguramente todo esto se me ha ocurrido sin profundizar demasiado en las posibilidades de expansión que el 3G me ofrece. Pero en los próximos días supongo que por fin mi mente conseguirá adaptarse al cambio y se me ocurrirán un sin fin de posibilidades.

No creo en la privacidad por internet, tengo mi Facebook abierto y publico ideas y sentimientos en mi blog cada vez que tengo la necesidad. Y eso es simplemente porque no existe lo privado, nuestras fotografías, nuestras vidas, nuestras costumbres son siempre públicas y estamos sometidos al control de los demás y eso es inevitable. Es por eso que no quiero negarme a las nuevas tecnologías, y no negarse quiere decir aprender a convivir con ellas, a aprovecharme de sus beneficios y por qué no, a utilizarlas como modo de divulgación de las cosas buenas que tiene la vida.

Mañana será un nuevo día, y caminaré pisando fuerte igual que el día que estrenas unos zapatos de tacón de infarto. Me habré convertido en una nueva persona, haré cosas que no he podía hacer hasta ahora. Los días que desayune sola, podré pasar mis 20 minutos interactuando con mi móvil al mismo tiempo que me termino el café con leche. Y si estoy con amigos haremos guerras para ver quien encuentra la información por internet y cruzar las mínimas palabras posibles, 20 minutos no dan para conversaciones demasiada profundas.
Buscar, comentar, compartir, opinar, criticar, espiar, empaparse de las vidas de los demás, ofrecer puntos de vista que haga que los demás te conozcan tal y como eres, todo esto lo podré hacer cada día, cada minuto, cada segundo esté donde esté, haga lo que haga y sienta lo que sienta. Empieza una nueva era en la república independiente de mi propia realidad.

Es la era de las conexiones personales, es la era de la sinceridad a través de la red, de las emociones que duran tan solo lo que dura una nueva publicación en el twitter, es la era de lo virtual, de hacer amigos sin tener que mirarle a los ojos e incluso de tener nuevas experiencias sin arriesgar más allá de lo que la imaginación te permita. Sin tener que renunciar a la gente, ni a los amigos ni a los desconocidos, podemos y debemos asumir como una buena forma de vivir, ver el mundo a través de un viaje que va más allá de los sueños, un viaje conectado a la vida de millones de personas.

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