LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

miércoles, 28 de abril de 2010

El BAR PAMPOL


Todos reservamos un pequeño lugar en nuestro corazón donde guardamos cosas especiales. Suele ser un lugar pequeño casi insignicante, pero es el lugar donde acudes cuando necesitas aislarte de la realidad. Yo he decido guardar este pequeño espacio de mi corazón para conservar un pedacito de mi vida, en este lugar guardo momentos vividos en un pequeño Bar de Rubí llamado “PAMPOL”. Los sitios y lugares no son especiales porque sí, son especiales por las personas que contribuyen a que lo sean. El Bar PAMPOL está situado frente a nuestro Ayuntamiento, es un bar donde las personas acuden a tomar café, a comer un bocadillo o para hacer una cerveza, pero para mí es un lugar donde me guasta estar. Vaya a la hora que vaya siempre hay personas a las que me gusta ver, vaya a la hora que vaya siempre hay personas agradables que te reciben con una sonrisa. Unos entran otros salen, pero siempre puedes compartir momentos especiales con alguien. Es un lugar lleno de historia, ha visto pasar por sus mesas a trabajadores, políticos y ciudadanos. Ha conocido secretos, misterios, problemas y a las personas que lo protagonizaban. Como yo siempre digo “unos vendrán y otros se marcharan pero él siempre estará allí”. El alma del PAMPOL se llama Carmen, una mujer trabajadora y servicial, dispuesta a adoptar a todo aquel que se deje caer y que quiera compartir el cariño que, día a día, reparte junto a los sobres de azúcar del café. Seguramente hay muchos que no entienden el encanto que encirra aquellas paredes, pero éstas son personas superficiales, que están de paso o que son incapaces de compartir buenos momentos con los demás. Allí todo el mundo es bien recibido, y sólo dependen de él sentir la felicidad que allí se almacena. Vivimos en un mundo donde los sentimientos negativos están a la orden del día, es por eso que me gusta tanto, aquí no es así. Pude ser que un día llegues, te sientas triste y apenado, o nerviosa y preocupada, pero siempre habrá personas que te animen, que te escuchen y te entiendan. Si necesitas compartir felicidad siempre habrá alguien para recibirla. Paredes impregnadas de historia, de sentimientos y, porqué no de sufimientos, paredes que ni la pintura ni las reformas han conseguido tapar la ternura de la experiencia. El bar PAMPOL es como una gran pizarra en la que no hay nada escrito, pero cada uno de los que allí acude escribe una palabra hasta completar la lista de bocadillos y de platos combinados. Es un lugar que ha sido y será parte de la historia de nuestra ciudad, y aunque algunas guías publicadas en Rubí y con poco criterio, hayan considerado que no merecía estar en sus páginas, sigo creyendo que es el lugar perfecto para aprender de Rubí y de su hostoria. Lugar visitado por muchos y abandonados por otros, pero en definitiva es el lugar donde a mí me gusta estar.

Algún día me gustaría escribir algo en esta pizarra, algo que pueda ver todo el mundo y que forme parte de todos nosotros, yo creo que escribiría “EL LUGAR ESPECIAL DE MI CORAZÓN SE LLAMA PAMPOL y merece existir para siempre, aunque sea en nuestros recuerdos”


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