LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

jueves, 24 de noviembre de 2011

PASION


“Osho: Aquí, junto a mí, os habéis reunido con un propósito especial: la búsqueda de la verdad, la búsqueda de la forma más pura de amor. Encontraremos que amor, deseo y pasión son la misma cosa. Si destruimos lo uno, destruimos lo otro.”

No se puede reprimir el deseo, es parte de nuestra energía y cualquier intento de apaciguarlo, coartarlo o disciplinarlo nos puede llevar a tener que soportar un eterno conflicto con nuestra inconsciencia. No forma parte de nuestro aprendizaje dominar la energía del deseo. Destruir el deseo nos lleva a destruir la sensibilidad así como la intensidad de nuestra alma.

Aunque nos consideramos seres racionales, somos pura energía. Utilizamos la energía para levantarnos por la mañana, sobrevivir a las adversidades, para odiar, para amar en fin para cualquiera de las cosas que hacemos de forma cotidiana. Pero la energía del deseo no se puede encerrar en un frasco para impedir que salga al exterior, aunque consigamos durante un tiempo controlar sus efectos y aprendamos a utilizarla a favor de nuestras relaciones, el deseo sigue siendo una fuerza incontrolada que en cualquier momento debemos dejar salir.

Hasta las religiones considera el deseo como la fuerza más profunda y necesaria para sentir la fe y poder servir a sus Dioses. Necesitamos el deseo para apasionarnos de las cosas, si deseamos que algo suceda, la misma energía que se desprende de nuestro cuerpo y nuestros actos ayuda a que las cosas ocurran, por tanto, no podemos vivir una vida real sin dejar que la pasión y el deseo nos lleven por el mejor camino.

Un día abres los ojos y te das cuenta lo hermoso que es el mundo que te rodea, ves la belleza de las personas y esa misma belleza forma parte del mismo deseo de alimentarte de la energía de los demás utilizando la tuya propia. Sí que es cierto que existen personas que han tomado la difícil decisión de racionalizar todos sus actos, de controlar hasta límites insospechados el punto pasional que todo ser humano necesita como fuente de fortaleza, es por eso que estas personas se vuelven frías y envidian, inconscientemente, a las personas apasionadas se convierten en personas que has de evitar a toda costa.

No se debería entender la vida sin deseo, no se puede observar el deseo desde la distancia y pretender no querer participar de él, sería como dejar a la vista un alimento exquisito y no permitir que puedas olerlo o saborearlo. Deseamos aquellos que nos gusta, deseamos lo que amamos y deseamos lo que desconocemos, todo ello es parte de la autodefensa de las personas para no perder la esencia de lo primitivo, el puro instinto que, en cierto modo, es lo que hace mover la parte más irracional del ser humano.

Para entender nuestros deseos tenemos que aprender a conocernos, ya que, partiendo de la base que no debemos reprimirnos, sí que conociéndonos en profundidad, podemos utilizar la energía del deseo de forma inteligente y siempre en nuestro beneficio, porque, de la misma manera que el deseo nos puede aportar las mejores sensaciones y experiencias, también pueden contribuir a la destrucción de nuestra estabilidad.

Pasión es dolor, inteligencia, amor, sabor, sentir…. Tan solo con pasión puedes llegar a conquistar la eternidad del placer.

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