LA FRASE

Me gustaría tener el tiempo necesario para disfrutar de tu compañía. Tú deberías tener la suficiente curiosidad para permanecer a mi lado y leerme de verdad.

jueves, 13 de mayo de 2010

DeTrAs De La DuCha


Hace frío, el espejo del baño es muy grande, empieza a quitarse la ropa. Primero la blusa, después los pantalones y luego la ropa interior. Entra en la bañera y el agua que cae está caliente, se coloca bajo el agua y nota un escalofrío que le baja por la espalda, se queda inmóvil hasta que han pasado unos segundos, el calor ha penetrado por todos los poros de su piel. El frío ha desaparecido. Deja caer el agua por su pelo y empuja la cabeza hacía atrás. Se rodea con sus brazos, acaricia sus hombros, baja hasta cogerse por la muñecas. El agua sigue corriendo, no quiere volver a sentir frío por eso necesita seguir notando que el agua caliente la está mojando. Se llena las manos de gel y comienza a frotarse con suavidad, primero el brazo izquierdo, después el derecho. Las manos llenas de jabón resbalan por la superficie de su piel, se para en la cintura y suben poco a poco hacía los pechos. Los rodea con sus dedos haciendo que se llenen de burbujitas de jabón. Se entretiene en los pezones, los pellizca y los acaricia suavemente con la yema de los dedos. El agua sigue cayendo, pero ahora tiene los ojos cerrados y está en un estado de semi inconsciencia que la ayuda a relajarse, deja por un momento los senos, y se unta las manos con más jabón. Ahora se pasea por sus nalgas, lo hace con movimientos suaves y acompasados, al ritmo de las gotas de agua que caen a su alrededor. No necesita mirar, conoce su cuerpo a la perfección, conoce hasta el último rincón. Levanta suavemente la pierna y empieza su recorrido. Primero los dedos de los pies, después el tobillo, un poco más arriba y masajea los muslos. Va subiendo hasta que entra con la mano entre las piernas, mueve los dedos con suavidad y toca justo en los lugares que le hacen retener la respiración. El agua ahora parece más caliente que nunca, pero no hace ni el más mínimo gesto para cambiar la temperatura. Se frota suave pero rítmicamente, y coloca la mano derecha otra vez sobre sus pezones, están duros y hace que su pecho sea mucho más hermoso. Se detiene durante unos segundos para recuperar el control de la respiración y cambia la posición de la pierna. Primero los dedos de los pies, después los tobillos, sube por las rodillas hasta que vuelve a estar en el muslo. El vientre se contrae y la respiración se acelera, ahora sus dedos hacen más presión y se mueven un poco más rápido. Aunque continua con los ojos cerrados ya no está oscuro, se ve a sí misma, tiene el cuerpo cubierto de jabón que resbala y se mezcla con las gotas de agua. Hace casi 30 segundos que ya no respira, sólo siente placer y casi no consigue mantenerse en pie, se le dobla las rodillas y empieza a gemir al mismo ritmo que se mueve su mano dentro de ella.

Termina de ponerse jabón y se lo quita con el agua cada vez más caliente. Ahora está limpia y le gusta su olor, le gusta sus curvas y le encanta el tacto de su piel. Limpia el espejo, está envuelta en una toalla de color azul oscuro y con delicadeza elimina la humedad de su cuerpo, se mira desnuda, no es un cuerpo perfecto, tiene marcas que revelan su edad y su experiencia, pero a ella le gusta y sus curvas le hace sentirse bien y hermosa. Ha aprendido a conocerse y a respetarse, ahora lo cuida y no le preocupa que los demás lo vean, se siente bien consigo misma, ahora es feliz.

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